20240427 avila002
27 de abril de 2024 
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de MONTE LA ERMITA
 
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Daniel Luque
Sergio Rodríguez
 
Perera saca agua de pozos secos
 

El pésimo juego de su lote de toros de Monte La Ermita marcó la suerte final de Miguel Ángel Perera en Ávila, donde, aun así, pudo compartir la puerta grande con sus compañeros de no haberse empeñado el presidente en la sinrazón de no concederle la segunda oreja tras su faena al cuarto, que no fue nada sencilla, en la que desplegó toda su entrega y compromiso y que, incluso, remató con una gran estocada por arriba. Por eso la pidió el público con unanimidad e intensidad y por ello lo inexplicable de la negativa presidencial.

 

Porque fue este segundo ejemplar de Monte La Ermita un toro que no se empleó nunca de verdad y que vendió cara cada embestida, que Perera hubo de ir esculpiendo pase a pase para terminar imponiéndose a base de paciencia, fe, valor callado y la capacidad para pisar cada vez terrenos más estrechos, siendo sus plantas ejes pétreos desde donde fluía el toreo, más largo también cada vez, siendo las muñecas las brújulas que marcaban el destino final. Una faena de compromiso de figura que ya inició de rodillas muy cerca de las tablas, en una evidente declaración de intenciones de Miguel Ángel. Pasaba descompuesto e informal el toro, pero trató el pacense cada acometida como si fuera bueno y así, y gracias a su aguante, impuso su mando y su voluntad. Fue un toma y daca entre el animal y el hombre, que venció la cabeza y el corazón de éste. Dicho queda que lo mató de una tremenda estocada, rúbrica impecable para una faena que Ávila quiso de dos orejas. Salvo el presidente. Dos vueltas al ruedo sí dio Miguel Ángel a petición del público.

 

Su primero fue un toro vacío, que no le concedió la menor opción de lucimiento. Casi que ni de intentarlo. No descolgaba y se comportó siempre incierto en la muleta, especialmente, por el lado izquierdo. Con todo, no se rindió Perera, que lo intentó todo, al menos, para que la gente viera la escasa materia primera que tenía en sus manos. 

Plaza de Toros de ÁVILA. Media plaza. Se lidian toros de MONTE LA ERMITA
 
Miguel Ángel Perera: aplausos y oreja con fuerte petición de la segunda
Daniel Luque: dos orejas y oreja
Marco Pérez: dos orejas y oreja
 
 
20240427-avila010.jpg 20240427-avila011.jpg 20240427-avila012.jpg 20240427-avila013.jpg 20240427-avila014.jpg 20240427-avila015.jpg 20240427-avila016.jpg 20240427-avila017.jpg 20240427-avila018.jpg 20240427-avila019.jpg 20240427-avila020.jpg 20240427-avila021.jpg 20240427-avila022.jpg  
 
 

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CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de MONTE LA ERMITA
 
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Daniel Luque
Sergio Rodríguez
 
Perera saca agua de pozos secos
 

El pésimo juego de su lote de toros de Monte La Ermita marcó la suerte final de Miguel Ángel Perera en Ávila, donde, aun así, pudo compartir la puerta grande con sus compañeros de no haberse empeñado el presidente en la sinrazón de no concederle la segunda oreja tras su faena al cuarto, que no fue nada sencilla, en la que desplegó toda su entrega y compromiso y que, incluso, remató con una gran estocada por arriba. Por eso la pidió el público con unanimidad e intensidad y por ello lo inexplicable de la negativa presidencial.

 

Porque fue este segundo ejemplar de Monte La Ermita un toro que no se empleó nunca de verdad y que vendió cara cada embestida, que Perera hubo de ir esculpiendo pase a pase para terminar imponiéndose a base de paciencia, fe, valor callado y la capacidad para pisar cada vez terrenos más estrechos, siendo sus plantas ejes pétreos desde donde fluía el toreo, más largo también cada vez, siendo las muñecas las brújulas que marcaban el destino final. Una faena de compromiso de figura que ya inició de rodillas muy cerca de las tablas, en una evidente declaración de intenciones de Miguel Ángel. Pasaba descompuesto e informal el toro, pero trató el pacense cada acometida como si fuera bueno y así, y gracias a su aguante, impuso su mando y su voluntad. Fue un toma y daca entre el animal y el hombre, que venció la cabeza y el corazón de éste. Dicho queda que lo mató de una tremenda estocada, rúbrica impecable para una faena que Ávila quiso de dos orejas. Salvo el presidente. Dos vueltas al ruedo sí dio Miguel Ángel a petición del público.

 

Su primero fue un toro vacío, que no le concedió la menor opción de lucimiento. Casi que ni de intentarlo. No descolgaba y se comportó siempre incierto en la muleta, especialmente, por el lado izquierdo. Con todo, no se rindió Perera, que lo intentó todo, al menos, para que la gente viera la escasa materia primera que tenía en sus manos. 

Plaza de Toros de ÁVILA. Media plaza. Se lidian toros de MONTE LA ERMITA
 
Miguel Ángel Perera: aplausos y oreja con fuerte petición de la segunda
Daniel Luque: dos orejas y oreja
Marco Pérez: dos orejas y oreja
 
 
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