A sólo unos días para conmemorar en su plaza y en su tierra el veinte aniversario de su alternativa, Miguel Ángel Perera se encontró con la afición de Badajoz para recibir su cariño y corresponderle reconociéndole la importancia que Badajozha jugado en su trayectoria profesional. Fue en un acto organizado por Fusión Internacional para la Tauromaquia, la empresa gestora del coso de la capital pacense, y celebrado en un lugar tan emblemático como el Hotel Las Tres Campanas, que antaño fuera, en sus tiempos de juguetería, el lugar donde se hacían realidad los sueños de todos los niños de Badajoz.
Pues justo de eso habló Miguel Ángel junto a la periodista Noelia López: de sueños cumplidos y del camino recorrido para alcanzarlos. De su infancia “feliz” donde ya cabían los juegos al toro junto a sus hermanos Sergio y Sandra. De la mano fundamental de Baltasar Manzano, su profesor entonces y aún su primer seguidor hoy, llevándole a sus contactos iniciales con el toro, a modo también de juego. La semilla que fue creciendo en el Colegio San José de Villafranca de los Barros. Y los primeros tentaderos también, el run run que se iba haciendo a su alrededor, la incorporación y la formación en la Escuela Taurina de Badajoz bajo la dirección del maestro Luis Reina, las novilladas primeras, la gestión inteligente de su padre para ponerle en las mejores manos, la vida en Madrid, solo, con el choque que fue cambiar la cercanía de la gente de su pueblo por los saludos sin correspondencia en la gran capital, el tener que hacerse mayor antes de tiempo, la responsabilidad y el compromiso crecientes y, cómo no, la alternativa aquel 23 de junio de 2004 junto a quienes hoy son grandes amigos suyos: El Juli y Matías Tejela. Todo lo fue relatando y recordando Perera con la sonrisa sin cáersele de la cara, que es propia de quien paladea el regusto dulce de los recuerdos más bonitos.
Cercano y sencillo como siempre, admirado desde la corta distancia por los alumnos de la Escuela Taurina de Badajoz, sin parafernalia alguna, como su toreo, Miguel Ángel no se dejó nada atrás en el repaso a veinte años navegando las aguas de la élite del toreo. Aguas que nunca le fueron fáciles, pero en las que navegó y navega movido por las velas infalibles de su concepto personal e intransferible. “Que todos te miren como quien mira a alguien que hace algo que nadie más puede hacer”, que le había dicho por la mañana el maestro Espartaco. Por supuesto, los triunfos jalonados uno tras otro en todas las plazas del orbe taurómaco, con Madrid como su pilar primero y Sevilla, el penúltimo sueño alcanzado. Y la cornada de Salamanca y cuánto costó superarla a todos los niveles. Y su gente, con la que forma familia, no sólo un equipo. Y su familia, la de sangre y la elegida, imprescindible en cualquier caso. Y la emoción al reconocer todos los esfuerzos que ellos -su familia- hizo y hace por él. Y los retos vigentes, que siempre los hay porque son la gasolina que dan energía al motor de tantos años más como dicte el corazón. Fue Miguel Ángel Perera en estado puro, abierto en canal en su casa y ante los suyos para empezar a escribir y a vivir el siguiente capítulo de dos décadas de vida. Será de nuevo en Badajoz el próximo 23 de junio. Exactamente igual que hace veinte años…
A sólo unos días para conmemorar en su plaza y en su tierra el veinte aniversario de su alternativa, Miguel Ángel Perera se encontró con la afición de Badajoz para recibir su cariño y corresponderle reconociéndole la importancia que Badajozha jugado en su trayectoria profesional. Fue en un acto organizado por Fusión Internacional para la Tauromaquia, la empresa gestora del coso de la capital pacense, y celebrado en un lugar tan emblemático como el Hotel Las Tres Campanas, que antaño fuera, en sus tiempos de juguetería, el lugar donde se hacían realidad los sueños de todos los niños de Badajoz.
Pues justo de eso habló Miguel Ángel junto a la periodista Noelia López: de sueños cumplidos y del camino recorrido para alcanzarlos. De su infancia “feliz” donde ya cabían los juegos al toro junto a sus hermanos Sergio y Sandra. De la mano fundamental de Baltasar Manzano, su profesor entonces y aún su primer seguidor hoy, llevándole a sus contactos iniciales con el toro, a modo también de juego. La semilla que fue creciendo en el Colegio San José de Villafranca de los Barros. Y los primeros tentaderos también, el run run que se iba haciendo a su alrededor, la incorporación y la formación en la Escuela Taurina de Badajoz bajo la dirección del maestro Luis Reina, las novilladas primeras, la gestión inteligente de su padre para ponerle en las mejores manos, la vida en Madrid, solo, con el choque que fue cambiar la cercanía de la gente de su pueblo por los saludos sin correspondencia en la gran capital, el tener que hacerse mayor antes de tiempo, la responsabilidad y el compromiso crecientes y, cómo no, la alternativa aquel 23 de junio de 2004 junto a quienes hoy son grandes amigos suyos: El Juli y Matías Tejela. Todo lo fue relatando y recordando Perera con la sonrisa sin cáersele de la cara, que es propia de quien paladea el regusto dulce de los recuerdos más bonitos.
Cercano y sencillo como siempre, admirado desde la corta distancia por los alumnos de la Escuela Taurina de Badajoz, sin parafernalia alguna, como su toreo, Miguel Ángel no se dejó nada atrás en el repaso a veinte años navegando las aguas de la élite del toreo. Aguas que nunca le fueron fáciles, pero en las que navegó y navega movido por las velas infalibles de su concepto personal e intransferible. “Que todos te miren como quien mira a alguien que hace algo que nadie más puede hacer”, que le había dicho por la mañana el maestro Espartaco. Por supuesto, los triunfos jalonados uno tras otro en todas las plazas del orbe taurómaco, con Madrid como su pilar primero y Sevilla, el penúltimo sueño alcanzado. Y la cornada de Salamanca y cuánto costó superarla a todos los niveles. Y su gente, con la que forma familia, no sólo un equipo. Y su familia, la de sangre y la elegida, imprescindible en cualquier caso. Y la emoción al reconocer todos los esfuerzos que ellos -su familia- hizo y hace por él. Y los retos vigentes, que siempre los hay porque son la gasolina que dan energía al motor de tantos años más como dicte el corazón. Fue Miguel Ángel Perera en estado puro, abierto en canal en su casa y ante los suyos para empezar a escribir y a vivir el siguiente capítulo de dos décadas de vida. Será de nuevo en Badajoz el próximo 23 de junio. Exactamente igual que hace veinte años…