20230212 nerva002
12 de febrero de 2023
NERVA
Festival taurino
 
6 NOVILLOS de
JUAN PEDRO DOMECQ
 
Diego Urdiales
El Fandi
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Cayetano
David de Miranda
Enrique Toro
 
 
A PLACER
 

Mañana de esplendor de Miguel Ángel Perera en el primero de sus festivales de esta temporada de 2023. Esplendor en forma de conocimiento y puesta en práctica de las claves exactas para cuajar de principio a fin a un excelente novillo de Juan Pedro Domecq, muy noble y, a la postre, premiado con la vuelta al ruedo. Premio justo para un animal que derrochó clase y bondad, entrega también. Prestaciones que el torero de Badajoz elevó en varios grados gracias a su lidia soportada por un exquisito sentido del temple. Porque fue sobre todo eso, temple, lentitud, lo que más tuvo la composición de Miguel Ángel ante el utrero de Juan Pedro. Temple en forma de rítmica suavidad en los lances ya de recibo. También en los lances conjugados del muy variado quite que vino después. Temple en forma de ese mismo ritmo como condición sine quanon en cada uno de los tiempos de la faena de muleta. Primero, con los estatuarios de alivio y refuerzo por arriba, sin obligar. Todo lo contrario, llevándolo toreado para que nunca se saliera de ese buen fondo que le alumbraba, pero dándole el aire de los muletazos primeros sin exigir para que el novillo no claudicara. Luego, en la medida exacta de las primeras tandas: cortas en su duración y siempre en línea recta para profundizar en ese refuerzo. Y temple en forma de pulso cristalino, desde los toques tan sutiles hasta la suavidad impresa en el trazo de los muletazos, más ligados ya, más exigentes también, pero con la clave de la muleta planteada como una brújula que marcaba sin resquicio alguno el camino a seguir. 

 

Se fueron sucediendo las series cada vez más cuajadas y rotundas, ligadísimas, como varios muletazos en uno solo que no terminaban nunca. Toreó a placer Perera. Muy relajada su figura, apenas tomado el estaquillador con las yemas de los dedos y todo muy despacio y natural, fluyendo y ayudando a fluir el fondo de caramelo del novillo de Juan Pedro Domecq. El tramo final de la faena fue otro derroche. De dominio, de quietud, de seguridad, de suficiencia, de capacidad para enroscarse el animal al cuerpo y pasárselo una y otra vez, incontables veces, por delante y por detrás, por la espalda y por la barriga, sin moverse ni para esquivar la lógica del viaje de las embestidas que, de nobles, se corregían por sí solas para no topar y solo embestir. Puso Miguel Ángel Perera la plaza en pie. Se olvidó la gente del frío y vivió esos últimos compases de la actuación del pacense completamente entusiasmada. La estocada, entera, arriba y sin remisión, dio pie a la cerrada ovación y a la concesión de los máximos trofeos que Miguel Ángel paseó despacio. Como había toreado: despacio y a placer…

Plaza de Toros de NERVA. Más de tres cuartos de plaza. Se lidian novillos de JUAN PEDRO DOMECQ
 
Diego Urdiales: dos orejas
El Fandi: dos orejas y rabo
MIGUEL ÁNGEL PERERA: dos orejas y rabo
Cayetano: dos orejas
David de Miranda: dos orejas y rabo
Enrique Toro: dos orejas
 
 
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12 de febrero de 2023
NERVA
Festival taurino
 
6 NOVILLOS de
JUAN PEDRO DOMECQ
 
Diego Urdiales
El Fandi
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Cayetano
David de Miranda
Enrique Toro
 
 
A PLACER
 

Mañana de esplendor de Miguel Ángel Perera en el primero de sus festivales de esta temporada de 2023. Esplendor en forma de conocimiento y puesta en práctica de las claves exactas para cuajar de principio a fin a un excelente novillo de Juan Pedro Domecq, muy noble y, a la postre, premiado con la vuelta al ruedo. Premio justo para un animal que derrochó clase y bondad, entrega también. Prestaciones que el torero de Badajoz elevó en varios grados gracias a su lidia soportada por un exquisito sentido del temple. Porque fue sobre todo eso, temple, lentitud, lo que más tuvo la composición de Miguel Ángel ante el utrero de Juan Pedro. Temple en forma de rítmica suavidad en los lances ya de recibo. También en los lances conjugados del muy variado quite que vino después. Temple en forma de ese mismo ritmo como condición sine quanon en cada uno de los tiempos de la faena de muleta. Primero, con los estatuarios de alivio y refuerzo por arriba, sin obligar. Todo lo contrario, llevándolo toreado para que nunca se saliera de ese buen fondo que le alumbraba, pero dándole el aire de los muletazos primeros sin exigir para que el novillo no claudicara. Luego, en la medida exacta de las primeras tandas: cortas en su duración y siempre en línea recta para profundizar en ese refuerzo. Y temple en forma de pulso cristalino, desde los toques tan sutiles hasta la suavidad impresa en el trazo de los muletazos, más ligados ya, más exigentes también, pero con la clave de la muleta planteada como una brújula que marcaba sin resquicio alguno el camino a seguir. 

 

Se fueron sucediendo las series cada vez más cuajadas y rotundas, ligadísimas, como varios muletazos en uno solo que no terminaban nunca. Toreó a placer Perera. Muy relajada su figura, apenas tomado el estaquillador con las yemas de los dedos y todo muy despacio y natural, fluyendo y ayudando a fluir el fondo de caramelo del novillo de Juan Pedro Domecq. El tramo final de la faena fue otro derroche. De dominio, de quietud, de seguridad, de suficiencia, de capacidad para enroscarse el animal al cuerpo y pasárselo una y otra vez, incontables veces, por delante y por detrás, por la espalda y por la barriga, sin moverse ni para esquivar la lógica del viaje de las embestidas que, de nobles, se corregían por sí solas para no topar y solo embestir. Puso Miguel Ángel Perera la plaza en pie. Se olvidó la gente del frío y vivió esos últimos compases de la actuación del pacense completamente entusiasmada. La estocada, entera, arriba y sin remisión, dio pie a la cerrada ovación y a la concesión de los máximos trofeos que Miguel Ángel paseó despacio. Como había toreado: despacio y a placer…

Plaza de Toros de NERVA. Más de tres cuartos de plaza. Se lidian novillos de JUAN PEDRO DOMECQ
 
Diego Urdiales: dos orejas
El Fandi: dos orejas y rabo
MIGUEL ÁNGEL PERERA: dos orejas y rabo
Cayetano: dos orejas
David de Miranda: dos orejas y rabo
Enrique Toro: dos orejas
 
 
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