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7 de septiembre de 2024 
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de OSBORNE
 
Curro Díaz
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Manolo Vázquez
 
Con la miel en los labios
 

Debutó hoy Miguel Ángel Perera en Cortegana aun después de veinte años de alternativa. Y lo hizo en una tarde bonita de verdad. Hasta en su luz fue la tarde bonita de verdad, con la sierra de Huelva, con ciertos visos otoñales, envolviendo con todos sus matices una de esas ocasiones en las que el toreo se reviste tan de pueblo y se hace tan de la gente. Tan de su gente. El mejor resumen: la estampa de la chavalería llevando en volandas a los tres toreros por la puerta grande y coreando su triunfo compartido en una tarde bonita de verdad. Que para Perera lo pudo ser aún más de no haber mediado ese segundo de infortunio en el que el precioso ensabanado de Osborne que fue su segundo se partió la pata derecha. Y se derrumbó. Del todo. Se derrumbó el animal y se lamentó abiertamente el torero, que empezaba a paladear el inmenso fondo de calidad que el cuatreño atesoraba. Aun cogido con pinzas porque las fuerzas no fueron su fuerte, pero de sostenerlas ya se encargaría Miguel Ángel con ese pulso de seda cara y delicada que le puso a su manera de mantener la nobleza enclasada del burel. Soltó la ayuda y cogió la muleta con la mano derecha con la intención de torear así al natural, a diestras. Pero sólo dos caricias pudo gozar porque, a la tercera, el toro se partió la pata y se derrumbó. Sólo la cerrada y sincera ovación del público calmó el pesar del extremeño, que se quedó, como todos, con la miel en los labios.

 

Antes había compuesto una faena muy templada a su primero, al que tapó su falta de entrega a pesar de su nobleza. Sobre todo, por el pitón derecho porque por el izquierdo salía huidizo. Lo acarició en tandas a más en su duración, pero al ralentí desde la primera de ellas, en las que ordenó, acariciando también, las embestidas del toro de Osborne, que no humillaba. Cerró el conjunto desde la quietud de plantas. Primero, en varios redondos de ajuste máximo. Después, en una tanda de manoletinas igualmente ajustadas. Cobró una gran estocada, que dio pie a la petición unánime del doble premio, que le abrió la puerta grande de Cortegana el día de su debut veinte años después.

Plaza de Toros de CORTEGANA. Casi lleno. Se lidian toros de OSBORNE
 
Curro Díaz: dos orejas y dos orejas
Miguel Ángel Perera: dos orejas y ovación
Manolo Vázquez: dos orejas y oreja
 
 
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7 de septiembre de 2024 
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de OSBORNE
 
Curro Díaz
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Manolo Vázquez
 
Con la miel en los labios
 

Debutó hoy Miguel Ángel Perera en Cortegana aun después de veinte años de alternativa. Y lo hizo en una tarde bonita de verdad. Hasta en su luz fue la tarde bonita de verdad, con la sierra de Huelva, con ciertos visos otoñales, envolviendo con todos sus matices una de esas ocasiones en las que el toreo se reviste tan de pueblo y se hace tan de la gente. Tan de su gente. El mejor resumen: la estampa de la chavalería llevando en volandas a los tres toreros por la puerta grande y coreando su triunfo compartido en una tarde bonita de verdad. Que para Perera lo pudo ser aún más de no haber mediado ese segundo de infortunio en el que el precioso ensabanado de Osborne que fue su segundo se partió la pata derecha. Y se derrumbó. Del todo. Se derrumbó el animal y se lamentó abiertamente el torero, que empezaba a paladear el inmenso fondo de calidad que el cuatreño atesoraba. Aun cogido con pinzas porque las fuerzas no fueron su fuerte, pero de sostenerlas ya se encargaría Miguel Ángel con ese pulso de seda cara y delicada que le puso a su manera de mantener la nobleza enclasada del burel. Soltó la ayuda y cogió la muleta con la mano derecha con la intención de torear así al natural, a diestras. Pero sólo dos caricias pudo gozar porque, a la tercera, el toro se partió la pata y se derrumbó. Sólo la cerrada y sincera ovación del público calmó el pesar del extremeño, que se quedó, como todos, con la miel en los labios.

 

Antes había compuesto una faena muy templada a su primero, al que tapó su falta de entrega a pesar de su nobleza. Sobre todo, por el pitón derecho porque por el izquierdo salía huidizo. Lo acarició en tandas a más en su duración, pero al ralentí desde la primera de ellas, en las que ordenó, acariciando también, las embestidas del toro de Osborne, que no humillaba. Cerró el conjunto desde la quietud de plantas. Primero, en varios redondos de ajuste máximo. Después, en una tanda de manoletinas igualmente ajustadas. Cobró una gran estocada, que dio pie a la petición unánime del doble premio, que le abrió la puerta grande de Cortegana el día de su debut veinte años después.

Plaza de Toros de CORTEGANA. Casi lleno. Se lidian toros de OSBORNE
 
Curro Díaz: dos orejas y dos orejas
Miguel Ángel Perera: dos orejas y ovación
Manolo Vázquez: dos orejas y oreja
 
 
20240907-cortegana010.jpg 20240907-cortegana011.jpg 20240907-cortegana012.jpg 20240907-cortegana013.jpg 20240907-cortegana014.jpg 20240907-cortegana015.jpg 20240907-cortegana016.jpg 20240907-cortegana017.jpg 20240907-cortegana018.jpg
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