No tuvo opción alguna Miguel Ángel Perera en su regreso a la Monumental Plaza México dos años después. Su lote de toros de La Estancia se paró de inmediato nada más comenzar la faena de muleta. Al menos, el que hizo cuarto, de nombre Cristalino, se expresó con nobleza en los primeros tercios y Perera lo cuidó. Lo hizo Javier Ambel en la brega con el capote y lo hizo el propio matador en un suave quite con el capote alternando chicuelinas, tafalleras y cordobinas, en el que se gustó. Brindó al público la lidia del ejemplar de La Estancia y comenzó la faena con la pañosa muy quieta la planta, clavadas las zapatillas en el albero azteca, pero apenas le resistió media tanta el burel, que apagó la luz sin dar resquicio alguno más al lucimiento de Miguel Ángel.
Ni siquiera para apuntar le sirvió el primero, llamado 7 Leguas, muy agarrado al piso desde incluso antes que su hermano posterior, tardo y probón siempre y protestón y sin emplearse nunca en la muleta del diestro. Lo intentó sin excusarse por más que ante sí no tuviera material alguno para ofrecer su mejor dimensión.
No tuvo opción alguna Miguel Ángel Perera en su regreso a la Monumental Plaza México dos años después. Su lote de toros de La Estancia se paró de inmediato nada más comenzar la faena de muleta. Al menos, el que hizo cuarto, de nombre Cristalino, se expresó con nobleza en los primeros tercios y Perera lo cuidó. Lo hizo Javier Ambel en la brega con el capote y lo hizo el propio matador en un suave quite con el capote alternando chicuelinas, tafalleras y cordobinas, en el que se gustó. Brindó al público la lidia del ejemplar de La Estancia y comenzó la faena con la pañosa muy quieta la planta, clavadas las zapatillas en el albero azteca, pero apenas le resistió media tanta el burel, que apagó la luz sin dar resquicio alguno más al lucimiento de Miguel Ángel.
Ni siquiera para apuntar le sirvió el primero, llamado 7 Leguas, muy agarrado al piso desde incluso antes que su hermano posterior, tardo y probón siempre y protestón y sin emplearse nunca en la muleta del diestro. Lo intentó sin excusarse por más que ante sí no tuviera material alguno para ofrecer su mejor dimensión.