20190927 abaran04
27 de septiembre de 2019
ABARÁN
Feria de SAN COSME y SAN DAMIÁN
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
SANTIAGO DOMECQ
Enrique Ponce
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Paco Ureña


 
PREPARADO
 

No hay mejor manera de llegar a una cita como la de pasado mañana en Madrid que después de una tarde como la de hoy en Abarán. Tan rotunda, tan determinante, tan reafirmante. Una tarde en la que Miguel Ángel Perera se ha desplegado esplendoroso y en esa tónica de frescura y de estar tan a gusto que viene modelando de un tiempo a esta parte. El resultado final con cuatro orejas, incluso, con la petición de rabo en su segundo, es esclarecedor. Definitorio. Y un fiel reflejo de lo macizo que se ha mostrado ante, en líneas generales, un buen lote de toros de Santiago Domecq, aunque cada ejemplar con sus matices. 

 

Fue mucho más completo el primero de ellos, premiado con la vuelta al ruedo y que tuvo la virtud principal de moverse mucho y, además, de hacerlo con buena condición. Material propicio para que Perera se explayara en el toreo de capa, que sigue creciendo y que sigue ensanchando. Como el toro era pronto y tenía chispa en la manera en que se venía a los trastos, le dio mucha distancia el torero y lo lució de largo para, una vez en su jurisdicción, retenerlo y embeberlo en el mando de su muleta y ahí engarzar varias series por los dos pitones de perfecta conjunción, de mayúscula ligazón y de ritmo absolutamente acompasado. Se recreó Miguel Ángel, que gozó cada embestida del astado de Santiago Domecq, toreando muy despacio y muy natural, sin apostura alguna, metido por completo en la raíz de cuanto hacía. Lo mató de una certera estocada hasta la gamuza y se alzó con las dos orejas.

 

Mismo premio que recibió del quinto, al que le duró menos el fondo y que, si acaso, sirvió algo más en los primeros tercios. Por eso lo cuajó también con el capote, diverso y al ralentí, como terminando de acoplar cuanto prepara para la gran cita de Otoño en Las Ventas. De nuevo inició la faena de muleta citando muy de largo a su oponente, pero, esta vez, con las rodillas en tierra. Encajado, lo toreó a placer en redondo, con la misma largura como si lo hiciera de pie, sin rectificar, lo que, en uno de los pases, le costó que el toro lo arrollara propinándole una voltereta, por suerte, sin consecuencias. Se arreó aún más Perera y comenzó su cuesta abajo la llama de la raza del burel, a pesar de lo cual fue capaz el diestro de dar forma a un trasteo marcado siempre por la emotividad que le imprimió la verdad con que se dio a cada compás. A base de poder, multiplicó la medida de las embestidas del cuatreño rematando los muletazos muy por abajo a base, no tanto de obligar, sino de pulsear y de estirar con esa pócima mágica que es el temple. Desmadejado el torero y a medias su taleguilla tras la huella del susto, se fue con la misma verdad tras la espada para cobrar otra gran estocada, que desató la petición de los máximos trofeos. Fueron dos finalmente, que sumaron cuatro. Definitorio y determinante. Madrid espera y Perera está preparado. 

Plaza de Toros de ABARÁN. Lleno. Se lidian toros de SANTIAGO DOMECQ
 
Enrique Ponce: oreja y oreja
Miguel Ángel Perera: dos orejas y dos orejas con petición de rabo
Paco Ureña: palmas y dos orejas
 
MIGU2939.JPG MIGU2959.JPG MIGU2977.JPG MIGU2981.JPG MIGU3019.JPG MIGU3027.JPG MIGU3037.JPG MIGU3039.JPG MIGU3054.JPG MIGU3100.JPG MIGU3132.JPG MIGU3137.JPG MIGU3142.JPG MIGU3168.JPG MIGU3218.JPG MIGU3221.JPG MIGU3227.JPG MIGU3239.JPG MIGU3242.JPG MIGU3243.JPG MIGU3253.JPG MIGU3309.JPG MIGU3311.JPG MIGU3352.JPG MIGU3375.JPG

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ABARÁN
Feria de SAN COSME y SAN DAMIÁN
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
SANTIAGO DOMECQ
Enrique Ponce
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Paco Ureña


 
PREPARADO
 

No hay mejor manera de llegar a una cita como la de pasado mañana en Madrid que después de una tarde como la de hoy en Abarán. Tan rotunda, tan determinante, tan reafirmante. Una tarde en la que Miguel Ángel Perera se ha desplegado esplendoroso y en esa tónica de frescura y de estar tan a gusto que viene modelando de un tiempo a esta parte. El resultado final con cuatro orejas, incluso, con la petición de rabo en su segundo, es esclarecedor. Definitorio. Y un fiel reflejo de lo macizo que se ha mostrado ante, en líneas generales, un buen lote de toros de Santiago Domecq, aunque cada ejemplar con sus matices. 

 

Fue mucho más completo el primero de ellos, premiado con la vuelta al ruedo y que tuvo la virtud principal de moverse mucho y, además, de hacerlo con buena condición. Material propicio para que Perera se explayara en el toreo de capa, que sigue creciendo y que sigue ensanchando. Como el toro era pronto y tenía chispa en la manera en que se venía a los trastos, le dio mucha distancia el torero y lo lució de largo para, una vez en su jurisdicción, retenerlo y embeberlo en el mando de su muleta y ahí engarzar varias series por los dos pitones de perfecta conjunción, de mayúscula ligazón y de ritmo absolutamente acompasado. Se recreó Miguel Ángel, que gozó cada embestida del astado de Santiago Domecq, toreando muy despacio y muy natural, sin apostura alguna, metido por completo en la raíz de cuanto hacía. Lo mató de una certera estocada hasta la gamuza y se alzó con las dos orejas.

 

Mismo premio que recibió del quinto, al que le duró menos el fondo y que, si acaso, sirvió algo más en los primeros tercios. Por eso lo cuajó también con el capote, diverso y al ralentí, como terminando de acoplar cuanto prepara para la gran cita de Otoño en Las Ventas. De nuevo inició la faena de muleta citando muy de largo a su oponente, pero, esta vez, con las rodillas en tierra. Encajado, lo toreó a placer en redondo, con la misma largura como si lo hiciera de pie, sin rectificar, lo que, en uno de los pases, le costó que el toro lo arrollara propinándole una voltereta, por suerte, sin consecuencias. Se arreó aún más Perera y comenzó su cuesta abajo la llama de la raza del burel, a pesar de lo cual fue capaz el diestro de dar forma a un trasteo marcado siempre por la emotividad que le imprimió la verdad con que se dio a cada compás. A base de poder, multiplicó la medida de las embestidas del cuatreño rematando los muletazos muy por abajo a base, no tanto de obligar, sino de pulsear y de estirar con esa pócima mágica que es el temple. Desmadejado el torero y a medias su taleguilla tras la huella del susto, se fue con la misma verdad tras la espada para cobrar otra gran estocada, que desató la petición de los máximos trofeos. Fueron dos finalmente, que sumaron cuatro. Definitorio y determinante. Madrid espera y Perera está preparado. 

Plaza de Toros de ABARÁN. Lleno. Se lidian toros de SANTIAGO DOMECQ
 
Enrique Ponce: oreja y oreja
Miguel Ángel Perera: dos orejas y dos orejas con petición de rabo
Paco Ureña: palmas y dos orejas
 
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