PERERA, FRENTE A LA ADVERSIDAD
No hubo opciones en Palavás para Perera. Ninguno de los dos toros ofrecieron posibilidades de triunfo. Aún así, el torero pudo exprimir el poco fondo del primero de su lote, un bonito toro del hierro de Juan Pedro Domecq, con el que logró hilvanar buenas series con la mano derecha, y unos naturales de mano baja para deleite del público. El animal se rajó en el momento álgido de la faena, y a Perera no le quedó otra opción que meterse entre los pitones del toro, para terminar por manoletinas. Cayó en buen sitio la espada, pero el Juan Pedro tardó en caer. El público se enfrió, y le premio a una buena actuación quedó reducido a una calurosa ovación que el torero recogió en los medios.
El sexto, con el hierro de Parladé, fue como un marmolillo. El recorrido era muy escaso, y Perera se vio obligado a basar la faena en la firmeza y en tandas cortas, metiéndose en los terrenos del animal. No fue posible sacar agua del pozo seco, y la actuación fue silenciada, a pesar del mérito del torero.
Plaza de toros de PALAVÁS (Francia). Casi lleno en los tendidos, en una tarde veraniega. Se han lidiado toros de JUAN PEDRO DOMECQ y de PARLADÉ (5º y 6º).
Juan Bautista: oreja y silencio.
Sebastián Castella: palmas y oreja.
Miguel Ángel Perera: ovación con saludos y silencio.