Perera estuvo inmenso, con esa dimensión de la que hace gala tarde tras tarde, en la que demuestra la claridad con la que se pone en la cara de cada toro; con la seguridad de poder sacar lo mejor de cada uno de ellos y de alguno, hasta lo que no tiene.
Con el que hizo de tercero armó un lío gordo. Salió de toriles un toro de buenas hechuras y maneras, que se empleó en varas de manera desigual, pues de los dos puyazos, en el primero metió bien los riñones para ser un mero trámite el segundo.
Cogió el torero la muleta y se colocó en el centro del ruedo, poniéndose a cierta distancia del toro. Éste se arrancó, pero recortó mucho en las embestidas. De esta manera, a Perera no le quedó otra que optar por el toreo de alto riesgo, y meterse completamente entre los pitones del toro. Fallá a espadas una faena con la que se metió al público francés en el bolsillo por su gran toreo, firmeza y valor.
Muy parado el quinto, de nuevo mostró Perera que es figura por algo, pues no cejó en su empeño de sacar del toro lo poquito que había. Tiró de él, le ayudó a que siguiera las telas, y el animal lo hizo. Tampoco estuvo certero con el acero, pero Bayona supo reconocer el esfuerzo y el gran momento por el que está pasando ese gran torero que se llama Miguel Àngel Perera.
Plaza de toros de Bayona (Francia). Casi lleno. Toros de El Tajo y de La Reina, muy bien presentados, pero de juego desigual.
El Juli: oreja y dos orejas.
Miguel Ángel Perera: ovación con saludos y ovación con saludos.
Sergio Flores: dos orejas y ovación.
Perera estuvo inmenso, con esa dimensión de la que hace gala tarde tras tarde, en la que demuestra la claridad con la que se pone en la cara de cada toro; con la seguridad de poder sacar lo mejor de cada uno de ellos y de alguno, hasta lo que no tiene.
Con el que hizo de tercero armó un lío gordo. Salió de toriles un toro de buenas hechuras y maneras, que se empleó en varas de manera desigual, pues de los dos puyazos, en el primero metió bien los riñones para ser un mero trámite el segundo.
Cogió el torero la muleta y se colocó en el centro del ruedo, poniéndose a cierta distancia del toro. Éste se arrancó, pero recortó mucho en las embestidas. De esta manera, a Perera no le quedó otra que optar por el toreo de alto riesgo, y meterse completamente entre los pitones del toro. Fallá a espadas una faena con la que se metió al público francés en el bolsillo por su gran toreo, firmeza y valor.
Muy parado el quinto, de nuevo mostró Perera que es figura por algo, pues no cejó en su empeño de sacar del toro lo poquito que había. Tiró de él, le ayudó a que siguiera las telas, y el animal lo hizo. Tampoco estuvo certero con el acero, pero Bayona supo reconocer el esfuerzo y el gran momento por el que está pasando ese gran torero que se llama Miguel Àngel Perera.
Plaza de toros de Bayona (Francia). Casi lleno. Toros de El Tajo y de La Reina, muy bien presentados, pero de juego desigual.
El Juli: oreja y dos orejas.
Miguel Ángel Perera: ovación con saludos y ovación con saludos.
Sergio Flores: dos orejas y ovación.