20130809-cartelcordoba
27 de mayo de 2011
CÓRDOBA
Feria de la SALUD
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
LA QUINTA
Finito de Córdoba
El Juli
MIGUEL ÁNGEL PERERA
PERERA SE LLEVA EL PEOR LOTE DE LA QUINTA
 

Un toro manso por completo y otro muy complicado formaron el lote de Miguel Ángel Perera en Córdoba. Con este material es lógico que el torero no alcanzara la meta del triunfo pese a intentarlo de todas las formas posibles.

El primero de su lote le avisó un par de veces en el capote y embistió gateando, sin prestarse al lucimiento. Manseó descaradamente en el primer puyazo y en el segundo se quedó más, pero buscó chiqueros descaradamente a la salida.

Siguió muy suelto y huidizo en la brega, dejando bien clara su condición de manso. Perera lo sacó a los medios para intentar romperle la querencia y evitar que se fuera suelto. Lo logró en un primer momento, encontrando una embestida sosa. El de La Quinta embestía con nula entrega, con la cara por las nubes y sin decir absolutamente nada. Esto ocurrió por ambos pitones, sin aportar ni un ápice de emoción a lo que le hacía el torero.

Perera estuvo súper templado, haciendo la cosas como hay que hacerlas a un toro de esta condición. Dejaba la muleta siempre puesta y templaba mucho a un toro que pasaba por allí como si no fuera con él la cosa. El mérito estuvo en no perder la paciencia con un manso de este calibre. Mató de estocada y descabello y su labor fue silenciada.

Muy poca fuerza manifestó el sexto en el capote de Perera. Pero ese no iba a ser el principal problema, ya que el toro embistió con la cara alta y orientándose en la brega. Se confirmaba que Perera se había llevado el peor lote de la corrida.

El toro embestía siempre sin humillar y sin ir en ningún momento metido en la muleta, con un peligro sordo importante. Perera no le volvió la cara en ningún momento y a base de temple y de sobarlo fue corrigiendo muchos defectos. Fue una labor técnicamente encomiable, de valor sereno y de quietud, que le llevó a sacar todo el partido posible a un animal deslucido que siempre estaba detrás de la mata, sin embestir con franqueza en ningún momento.

A pesar de los tremendos avisos que le daba el de La Quinta, Perera exprimió hasta la última embestida.


Plaza de Córdoba. Tercera de la Feria de la Salud. Tres cuartos de plaza. Toros de La Quinta, bien presentados, desiguales de hechuras, nobles, de poca fuerza y bajos de raza. Mejores segundo y sobre todo el quinto.

Finito de Córdoba, ovación en ambos.

El Juli, oreja y dos orejas.

Miguel Ángel Perera, silencio y palmas.

 
 

20130809-cartelcordoba
27 de mayo de 2011
CÓRDOBA
Feria de la SALUD
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
LA QUINTA
Finito de Córdoba
El Juli
MIGUEL ÁNGEL PERERA
PERERA SE LLEVA EL PEOR LOTE DE LA QUINTA
 

Un toro manso por completo y otro muy complicado formaron el lote de Miguel Ángel Perera en Córdoba. Con este material es lógico que el torero no alcanzara la meta del triunfo pese a intentarlo de todas las formas posibles.

El primero de su lote le avisó un par de veces en el capote y embistió gateando, sin prestarse al lucimiento. Manseó descaradamente en el primer puyazo y en el segundo se quedó más, pero buscó chiqueros descaradamente a la salida.

Siguió muy suelto y huidizo en la brega, dejando bien clara su condición de manso. Perera lo sacó a los medios para intentar romperle la querencia y evitar que se fuera suelto. Lo logró en un primer momento, encontrando una embestida sosa. El de La Quinta embestía con nula entrega, con la cara por las nubes y sin decir absolutamente nada. Esto ocurrió por ambos pitones, sin aportar ni un ápice de emoción a lo que le hacía el torero.

Perera estuvo súper templado, haciendo la cosas como hay que hacerlas a un toro de esta condición. Dejaba la muleta siempre puesta y templaba mucho a un toro que pasaba por allí como si no fuera con él la cosa. El mérito estuvo en no perder la paciencia con un manso de este calibre. Mató de estocada y descabello y su labor fue silenciada.

Muy poca fuerza manifestó el sexto en el capote de Perera. Pero ese no iba a ser el principal problema, ya que el toro embistió con la cara alta y orientándose en la brega. Se confirmaba que Perera se había llevado el peor lote de la corrida.

El toro embestía siempre sin humillar y sin ir en ningún momento metido en la muleta, con un peligro sordo importante. Perera no le volvió la cara en ningún momento y a base de temple y de sobarlo fue corrigiendo muchos defectos. Fue una labor técnicamente encomiable, de valor sereno y de quietud, que le llevó a sacar todo el partido posible a un animal deslucido que siempre estaba detrás de la mata, sin embestir con franqueza en ningún momento.

A pesar de los tremendos avisos que le daba el de La Quinta, Perera exprimió hasta la última embestida.


Plaza de Córdoba. Tercera de la Feria de la Salud. Tres cuartos de plaza. Toros de La Quinta, bien presentados, desiguales de hechuras, nobles, de poca fuerza y bajos de raza. Mejores segundo y sobre todo el quinto.

Finito de Córdoba, ovación en ambos.

El Juli, oreja y dos orejas.

Miguel Ángel Perera, silencio y palmas.

 
 
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