bilbaos13 203
24 de agosto de 2006
cieza (murcia)
Feria de SAN BARTOLOMÉ
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
TOROS DE EL TORERO
El Fandi
Sebastián Castella
MIGUEL ÁNGEL PERERA
 
PERERA A HOMBROS CON CUATRO OREJAS
 

Miguel Ángel Perera fue el dueño de una tarde marcada, además, por el triunfo populista de El Fandi y la serena quietud basada en un valor estoico de Sebastián Castella. Los tres salieron a hombros porque la tarde estaba para celebraciones y porque ayudó, en mayor o menor grado, una bonita corrida de El Torero.

Fue Perera, sin duda, quien más y mejor toreó con parecido material al resto. Por delante, un toro bajito y bien hecho que salió de chiqueros con un galope templado y que se llevó mucho tiempo debajo del peto sin que el piquero consiguiera hacer presa. Mucho refilonazo, pero no se le metieron las cuerdas. Perera interpretó, y con razón, que sólo el esfuerzo del toro en el peto había sido castigo suficiente, y alivió al toro en un inicio por alto con tres estatuarios. A partir de ahí, el extremeño le dio tiempo al toro y hubo un proceso de acople para llegar al punto álgido de una faena dibujada con exquisitez. Y ese punto álgido se compuso de dos soberbias series con la mano derecha, con Perera corriendo la mano al ralentí rematando detrás de la cadera y cosiendo los muletazos con el hilo imperceptible de la ligazón. Perera acababa de cuajar las dos mejores series de la tarde y le habían brotado con absoluta naturalidad. Luego, el toro no fue igual por el lado izquierdo porque sus arrancadas por ahí no tuvieron la misma longitud, porque apretó y porque el viento dificultó a Perera el gobierno de la embestida.

El sexto fue más deslucido. Atacando con violencia, sin ritmo y saliendo de los muletazos desentendiéndose, Perera consiguió robarle naturales sensacionales en el último tramo de la faena a base de echarle la muleta con suavidad, esperar con valor a que el toro metiera la cara y tirar de él en muletazos largos y hondos. De uno en uno porque no los admitió el toro de otra manera. Y metido en corto con él ya en el remate para ligarle, en ocho, muletazos que el de El Torero parecía no tener. Tarde inspirada y entregada de Perera.

Con la plaza llena se lidiaron seis toros de El Torero, desiguales de presentación y juego dentro de una general nobleza y buenas hechuras.

El Fandi: dos orejas y oreja

Sebastián Castella: oreja y oreja tras aviso

Miguel Ángel Perera: dos orejas y dos orejas con petición de rabo 

 
 
 

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24 de agosto de 2006
cieza (murcia)
Feria de SAN BARTOLOMÉ
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
TOROS DE EL TORERO
El Fandi
Sebastián Castella
MIGUEL ÁNGEL PERERA
 
PERERA A HOMBROS CON CUATRO OREJAS
 

Miguel Ángel Perera fue el dueño de una tarde marcada, además, por el triunfo populista de El Fandi y la serena quietud basada en un valor estoico de Sebastián Castella. Los tres salieron a hombros porque la tarde estaba para celebraciones y porque ayudó, en mayor o menor grado, una bonita corrida de El Torero.

Fue Perera, sin duda, quien más y mejor toreó con parecido material al resto. Por delante, un toro bajito y bien hecho que salió de chiqueros con un galope templado y que se llevó mucho tiempo debajo del peto sin que el piquero consiguiera hacer presa. Mucho refilonazo, pero no se le metieron las cuerdas. Perera interpretó, y con razón, que sólo el esfuerzo del toro en el peto había sido castigo suficiente, y alivió al toro en un inicio por alto con tres estatuarios. A partir de ahí, el extremeño le dio tiempo al toro y hubo un proceso de acople para llegar al punto álgido de una faena dibujada con exquisitez. Y ese punto álgido se compuso de dos soberbias series con la mano derecha, con Perera corriendo la mano al ralentí rematando detrás de la cadera y cosiendo los muletazos con el hilo imperceptible de la ligazón. Perera acababa de cuajar las dos mejores series de la tarde y le habían brotado con absoluta naturalidad. Luego, el toro no fue igual por el lado izquierdo porque sus arrancadas por ahí no tuvieron la misma longitud, porque apretó y porque el viento dificultó a Perera el gobierno de la embestida.

El sexto fue más deslucido. Atacando con violencia, sin ritmo y saliendo de los muletazos desentendiéndose, Perera consiguió robarle naturales sensacionales en el último tramo de la faena a base de echarle la muleta con suavidad, esperar con valor a que el toro metiera la cara y tirar de él en muletazos largos y hondos. De uno en uno porque no los admitió el toro de otra manera. Y metido en corto con él ya en el remate para ligarle, en ocho, muletazos que el de El Torero parecía no tener. Tarde inspirada y entregada de Perera.

Con la plaza llena se lidiaron seis toros de El Torero, desiguales de presentación y juego dentro de una general nobleza y buenas hechuras.

El Fandi: dos orejas y oreja

Sebastián Castella: oreja y oreja tras aviso

Miguel Ángel Perera: dos orejas y dos orejas con petición de rabo 

 
 
 
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