Rolland Agnel - Burladerodos.com
NÎMES | Oreja para Conde y Perera
Casi lleno. Toros de Montalvo (3º y 4º como sobreros), correctos de presentación, nobles en conjunto pero con falta de fuerzas. Javier Conde, division con saludos y oreja tras aviso. El Juli, ovación con saludos y palmas. Miguel Angel Perera, oreja tras aviso y silencio.
NÎMES (Fra.) - Tras la decepción de la víspera, los aficionados reencontraron algunas esperanzas con los toros de Montalvo. Correctos de presentación, nobles en conjunto y algunos muy buenos para el torero, sin embargo acusaron falta de fuerzas.
Pese a todo, los de Montalvo permitieron a la terna exprimirlos en diversos grados y confiarse como lo hizo Javier Conde frente al cuarto de la tarde.
Con cierta raza, el burel no dejó a Conde torear de capote. Con la muleta, el malagueño dibujó de principio algunos doblones muy toreros, antes de proseguir con su estilo muy personal por tandas de derechazos de gran calidad, muy largos, muy templados, haciendo tocar la música.
Con la zurda firmó buenos naturales, pero la faena fue de más a menos. Una fea estocada pasaportó al animal, lo que no impidió al público pedir, tras aviso, la oreja . No había hecho nada en presencia de su primero, muy flojo.
El Juli tropezó con un primer toro de gran nobleza, al que toreó perfectamente, conectando mucho con el público, totalmente entregado. El Juli construyó una buena faena por derechazos, naturales, redondos invertidos, todo muy del gusto del público.
Tenía con toda securidad una, si no dos, orejas en las manos, pero falló con la espada y sólo pudo responder a una magnífica ovación. Puso voluntad frente a su segundo, móvil de salida pero que no duró mucho por flojedad.
El joven Miguel Ángel Perera puede ser alguien en esta profesión. Muy técnico, al límite de la frialdad, toreó muy bien al tercero bis, saludado con verónicas muy correctas.
Con la muleta inició su faena por dos cambios desde el centro del albero, siguiendo toreando por derechazos muy lentos y templados a un toro de gran nobleza. Con la mano izquierda toreó también con temple antes de finalizar la faena por manoletinas.
Sin embargo, no supo acoplarse con el último. El toro tenía calidad, cierta violencia y repetía. Perera intentó torearlo a pesar de la falta de ritmo del de Montalvo. Alargó de manera inútil la faena y dejó al público silencioso.
Rolland Agnel - Burladerodos.com
NÎMES | Oreja para Conde y Perera
Casi lleno. Toros de Montalvo (3º y 4º como sobreros), correctos de presentación, nobles en conjunto pero con falta de fuerzas. Javier Conde, division con saludos y oreja tras aviso. El Juli, ovación con saludos y palmas. Miguel Angel Perera, oreja tras aviso y silencio.
NÎMES (Fra.) - Tras la decepción de la víspera, los aficionados reencontraron algunas esperanzas con los toros de Montalvo. Correctos de presentación, nobles en conjunto y algunos muy buenos para el torero, sin embargo acusaron falta de fuerzas.
Pese a todo, los de Montalvo permitieron a la terna exprimirlos en diversos grados y confiarse como lo hizo Javier Conde frente al cuarto de la tarde.
Con cierta raza, el burel no dejó a Conde torear de capote. Con la muleta, el malagueño dibujó de principio algunos doblones muy toreros, antes de proseguir con su estilo muy personal por tandas de derechazos de gran calidad, muy largos, muy templados, haciendo tocar la música.
Con la zurda firmó buenos naturales, pero la faena fue de más a menos. Una fea estocada pasaportó al animal, lo que no impidió al público pedir, tras aviso, la oreja . No había hecho nada en presencia de su primero, muy flojo.
El Juli tropezó con un primer toro de gran nobleza, al que toreó perfectamente, conectando mucho con el público, totalmente entregado. El Juli construyó una buena faena por derechazos, naturales, redondos invertidos, todo muy del gusto del público.
Tenía con toda securidad una, si no dos, orejas en las manos, pero falló con la espada y sólo pudo responder a una magnífica ovación. Puso voluntad frente a su segundo, móvil de salida pero que no duró mucho por flojedad.
El joven Miguel Ángel Perera puede ser alguien en esta profesión. Muy técnico, al límite de la frialdad, toreó muy bien al tercero bis, saludado con verónicas muy correctas.
Con la muleta inició su faena por dos cambios desde el centro del albero, siguiendo toreando por derechazos muy lentos y templados a un toro de gran nobleza. Con la mano izquierda toreó también con temple antes de finalizar la faena por manoletinas.
Sin embargo, no supo acoplarse con el último. El toro tenía calidad, cierta violencia y repetía. Perera intentó torearlo a pesar de la falta de ritmo del de Montalvo. Alargó de manera inútil la faena y dejó al público silencioso.