bilbaos13 203
31 de julio de 2005
PUERTO DE SANTA MARÍA (CÁDIZ)
Feria de VERANO
 CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
NUÑEZ DEL CUVILLO
El Fandi
Jesús Janeiro

MIGUEL ÁNGEL PERERA
 
 

Domingo, 31 de julio de 2005
M. VIERA - Portal Taurino
PUERTO de SANTA Mª | LA LÓGICA DE LO ABSURDO
La lógica, en la que se fundamenta todo sistema, constituye garantía de solvencia, aunque así mismo puede llegar a ser una de las más brillantes vías de acceso al absurdo. La lógica daba a entender que tras los intentos vanos por devolver al corral el burriciego segundo toro, cabía aplicarle el rigor de mermarle su fuerza para alcanzar el resultado del espadazo definitivo. Absurdo. Demostrado quedó que el lógico proceder tardó en llegar cuarenta y cinco minutos, convirtiendo el espectáculo en una triste paradoja.

 

Perera, que sustituía a Rivera Ordóñez, tuvo igual suerte con los toros, e igual que ayer se pudo alzar en el gran triunfador de la tarde si mata al sexto tal y como era de esperar. A El Fandi lo descompuso el segundo de Benjumea. Burriciego, reparado de la vista, manso… Sembró el pánico en el ruedo, y el desconcierto en el callejón y en el palco nublando las ideas. Con el sobrero de Maria del Carmen Camacho tampoco pudo ser. Y con el complicado y manso quinto se la jugó como pudo para obtener el reconocimiento del público. Y Jesulín, ya se sabe, técnica y maestría, y una ganas tremenda por triunfar. Todo igual que ayer, aunque con resultado diferente.

 

Sí, porque Miguel Ángel Perera exhibió, una vez más, su capacidad para transmitir unas formas clasicistas de superior técnica y depurada pureza. Buen hacer, en todos los sentidos, con el noble tercero. Y en lo hecho, que no fue poco, demostró sensatez, naturalidad, sentido del pulso, y recorrido en un trazo ajustado y lento fiel a su estilo y con notables resultados emocionales. Perera adelanta la muleta, asienta las zapatillas e hilvana los muletazos con autenticidad. Lo hizo ayer, y lo hizo hoy. Con la diestra mejor que con la zurda. Las ajustadas manoletinas precedieron a una buena estocada que le valió la oreja. Con el sexto, un buen toro, aún mejor. Ofreció una faena de derecha de sugestivo toreo, entre el rigor y la técnica, pero sobre todo con unas formas expresivas, preciosistas, y con la contundencia de los remates. Muletazos rítmicos, largos, ligados… Cambios de manos, adornos, desplantes, y un quedarse quieto que adquirieron un tono sepia con sensaciones de tiempos pasados. No mató, y malogró otro justo triunfo.

 

Jesús Janeiro lo hizo todo con una perfección técnica que asombra. Toreó despacio con el capote al flojo, aunque noble, primero, para realizar después una faena de planteamiento sólido y con el talante de torero maduro. Templó la pronta embestida y enlazó los muletazos diestro de manera excepcional. Faena bien elaborada, con momentos de mano baja que trasmitieron emoción a los tendidos. Sin embargo, con el manso y rajado cuarto quiso a toda costa buscar el triunfo como un principiante, pero no pudo ser.

 

Existe un restringido número de toreros que por su carisma y capacidad para conectar con el público son portadores de una buena carga de emociones. El Fandi está entre ellos, y aunque hoy le esquivó la necesaria suerte con los toros, logró encender los tendidos convirtiéndose en indispensable protagonista del espectáculo con las banderillas. Con ellas no falla. Con buenos toros o con malos toros, El Fandi, con los palos es único. Antes y después ya quedó dicho. No hubo acople con el sobrero lidiado en segundo lugar y sí un trasteo vibrante y valiente con el manso y complicado quinto. No hubo oreja, pero sí dos clamorosas vueltas al ruedo.




 

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31 de julio de 2005
PUERTO DE SANTA MARÍA (CÁDIZ)
Feria de VERANO
 CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
NUÑEZ DEL CUVILLO
El Fandi
Jesús Janeiro

MIGUEL ÁNGEL PERERA
 
 

Domingo, 31 de julio de 2005
M. VIERA - Portal Taurino
PUERTO de SANTA Mª | LA LÓGICA DE LO ABSURDO
La lógica, en la que se fundamenta todo sistema, constituye garantía de solvencia, aunque así mismo puede llegar a ser una de las más brillantes vías de acceso al absurdo. La lógica daba a entender que tras los intentos vanos por devolver al corral el burriciego segundo toro, cabía aplicarle el rigor de mermarle su fuerza para alcanzar el resultado del espadazo definitivo. Absurdo. Demostrado quedó que el lógico proceder tardó en llegar cuarenta y cinco minutos, convirtiendo el espectáculo en una triste paradoja.

 

Perera, que sustituía a Rivera Ordóñez, tuvo igual suerte con los toros, e igual que ayer se pudo alzar en el gran triunfador de la tarde si mata al sexto tal y como era de esperar. A El Fandi lo descompuso el segundo de Benjumea. Burriciego, reparado de la vista, manso… Sembró el pánico en el ruedo, y el desconcierto en el callejón y en el palco nublando las ideas. Con el sobrero de Maria del Carmen Camacho tampoco pudo ser. Y con el complicado y manso quinto se la jugó como pudo para obtener el reconocimiento del público. Y Jesulín, ya se sabe, técnica y maestría, y una ganas tremenda por triunfar. Todo igual que ayer, aunque con resultado diferente.

 

Sí, porque Miguel Ángel Perera exhibió, una vez más, su capacidad para transmitir unas formas clasicistas de superior técnica y depurada pureza. Buen hacer, en todos los sentidos, con el noble tercero. Y en lo hecho, que no fue poco, demostró sensatez, naturalidad, sentido del pulso, y recorrido en un trazo ajustado y lento fiel a su estilo y con notables resultados emocionales. Perera adelanta la muleta, asienta las zapatillas e hilvana los muletazos con autenticidad. Lo hizo ayer, y lo hizo hoy. Con la diestra mejor que con la zurda. Las ajustadas manoletinas precedieron a una buena estocada que le valió la oreja. Con el sexto, un buen toro, aún mejor. Ofreció una faena de derecha de sugestivo toreo, entre el rigor y la técnica, pero sobre todo con unas formas expresivas, preciosistas, y con la contundencia de los remates. Muletazos rítmicos, largos, ligados… Cambios de manos, adornos, desplantes, y un quedarse quieto que adquirieron un tono sepia con sensaciones de tiempos pasados. No mató, y malogró otro justo triunfo.

 

Jesús Janeiro lo hizo todo con una perfección técnica que asombra. Toreó despacio con el capote al flojo, aunque noble, primero, para realizar después una faena de planteamiento sólido y con el talante de torero maduro. Templó la pronta embestida y enlazó los muletazos diestro de manera excepcional. Faena bien elaborada, con momentos de mano baja que trasmitieron emoción a los tendidos. Sin embargo, con el manso y rajado cuarto quiso a toda costa buscar el triunfo como un principiante, pero no pudo ser.

 

Existe un restringido número de toreros que por su carisma y capacidad para conectar con el público son portadores de una buena carga de emociones. El Fandi está entre ellos, y aunque hoy le esquivó la necesaria suerte con los toros, logró encender los tendidos convirtiéndose en indispensable protagonista del espectáculo con las banderillas. Con ellas no falla. Con buenos toros o con malos toros, El Fandi, con los palos es único. Antes y después ya quedó dicho. No hubo acople con el sobrero lidiado en segundo lugar y sí un trasteo vibrante y valiente con el manso y complicado quinto. No hubo oreja, pero sí dos clamorosas vueltas al ruedo.




 

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