Apenas a una semana de su doble compromiso en la Feria de San Isidro, Miguel Ángel Perera recibió las primeras ovaciones del público de Madrid, su Madrid. Fue en el transcurso del acto de reconocimiento y homenaje que Plaza 1, la empresa gestora de la Plaza de Toros de Las Ventas, le tributó con motivo del vigésimo aniversario de su alternativa que está conmemorando.
Y lo hizo rememorando una parte fundamental de la trayectoria del torero de Puebla del Prior, definitiva en su carrera: las seis puertas grandes que atesora como matador de toros en el coso venteño y a la que cabe sumar una más en 2004 como novillero, un registro que sólo él ostenta de entre los toreros en activo. Un hito (o seis) que justifican plenamente que Miguel Ángel iniciara su alocución y su salida al público que llenó el Patio de Arrastre de Las Ventas afirmando con total rotundidad que “Madrid es la plaza de mi vida”. Condujo el acto el periodista Carlos Ruiz Villasuso, director de Comunicación del coso madrileño, quien definió a Perera como el torero “que representa el realismo mágico” y que “mejor torea en todos los terrenos”.
Como parte esencial que son del logro de sus seis puertas grandes de Las Ventas, acompañaron al torero en este acto los representantes de las cinco ganaderías que fueron partícipes de ellas. Ricardo Gallardo, (Fuente Ymbro), Adolfo Martín, Ricardo del Río (Victoriano del Río), José Juan Fraile (Puerto de San Lorenzo) y Jaime Mora-Figueroa Núñez (Núñez del Cuvillo). Con el testimonio también de ellos, fue recordando Miguel Ángel Perera cada una de esas puertas grandes del 6 de junio y el 3 de octubre de 2008, del 23 de mayo y el 3 de junio de 2014, del 30 de septiembre de 2017 y del 15 de mayo de 2019. De todas ellas, recuerda Perera que la segunda de ellas, la épica tarde de los seis toros en solitario, y también la del 30 de septiembre de 2019, la mítica tarde del toro Portugués de Cuvillo que no terminó en salida a hombros porque pinchó, definen y resumen “no sólo mi trayectoria y mi relación con Madrid, sino también mi carácter como torero”, confesó Perera. Por la dureza de ambas, por cuántos inconvenientes de distinta naturaleza hubo de superar y por el halo de triunfador con que salió de ambas citas más allá de que se cuajaran según lo soñado. En sus alocuciones, los ganaderos coincidieron en identificar a Perera como uno de los toreros que mejor entiende todo tipo de toros y cómo los cuaja. En definitiva, como un torero sumamente agradecido para los ganaderos.
Entre constantes guiños a Madrid y lo que representa en su camino ya de veinte años de matador de toros, Miguel Ángel se refirió también a su evolución como torero y reconoció que “añoro y busco la inocencia de los primeros años. Esa desnudez plena que es también plena libertad”. Y finalizó no ya diciendo adiós al público que le acogió y arropó con tanto cariño, sino con un “hasta pronto” al reconocer que tiene su mente puesta en el doble compromiso de los próximos días 15 y 17 de mayo, los del reencuentro con Madrid, “sin duda alguna, la plaza de mi vida”, sentenció Perera.
Apenas a una semana de su doble compromiso en la Feria de San Isidro, Miguel Ángel Perera recibió las primeras ovaciones del público de Madrid, su Madrid. Fue en el transcurso del acto de reconocimiento y homenaje que Plaza 1, la empresa gestora de la Plaza de Toros de Las Ventas, le tributó con motivo del vigésimo aniversario de su alternativa que está conmemorando.
Y lo hizo rememorando una parte fundamental de la trayectoria del torero de Puebla del Prior, definitiva en su carrera: las seis puertas grandes que atesora como matador de toros en el coso venteño y a la que cabe sumar una más en 2004 como novillero, un registro que sólo él ostenta de entre los toreros en activo. Un hito (o seis) que justifican plenamente que Miguel Ángel iniciara su alocución y su salida al público que llenó el Patio de Arrastre de Las Ventas afirmando con total rotundidad que “Madrid es la plaza de mi vida”. Condujo el acto el periodista Carlos Ruiz Villasuso, director de Comunicación del coso madrileño, quien definió a Perera como el torero “que representa el realismo mágico” y que “mejor torea en todos los terrenos”.
Como parte esencial que son del logro de sus seis puertas grandes de Las Ventas, acompañaron al torero en este acto los representantes de las cinco ganaderías que fueron partícipes de ellas. Ricardo Gallardo, (Fuente Ymbro), Adolfo Martín, Ricardo del Río (Victoriano del Río), José Juan Fraile (Puerto de San Lorenzo) y Jaime Mora-Figueroa Núñez (Núñez del Cuvillo). Con el testimonio también de ellos, fue recordando Miguel Ángel Perera cada una de esas puertas grandes del 6 de junio y el 3 de octubre de 2008, del 23 de mayo y el 3 de junio de 2014, del 30 de septiembre de 2017 y del 15 de mayo de 2019. De todas ellas, recuerda Perera que la segunda de ellas, la épica tarde de los seis toros en solitario, y también la del 30 de septiembre de 2019, la mítica tarde del toro Portugués de Cuvillo que no terminó en salida a hombros porque pinchó, definen y resumen “no sólo mi trayectoria y mi relación con Madrid, sino también mi carácter como torero”, confesó Perera. Por la dureza de ambas, por cuántos inconvenientes de distinta naturaleza hubo de superar y por el halo de triunfador con que salió de ambas citas más allá de que se cuajaran según lo soñado. En sus alocuciones, los ganaderos coincidieron en identificar a Perera como uno de los toreros que mejor entiende todo tipo de toros y cómo los cuaja. En definitiva, como un torero sumamente agradecido para los ganaderos.
Entre constantes guiños a Madrid y lo que representa en su camino ya de veinte años de matador de toros, Miguel Ángel se refirió también a su evolución como torero y reconoció que “añoro y busco la inocencia de los primeros años. Esa desnudez plena que es también plena libertad”. Y finalizó no ya diciendo adiós al público que le acogió y arropó con tanto cariño, sino con un “hasta pronto” al reconocer que tiene su mente puesta en el doble compromiso de los próximos días 15 y 17 de mayo, los del reencuentro con Madrid, “sin duda alguna, la plaza de mi vida”, sentenció Perera.