El año de la reafirmación

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La de 2022 ha sido la temporada de la reafirmación de Miguel Ángel Perera. La reafirmación de una manera de ser y de estar. De una filosofía y de un estatus. Un año de nuevo a cara o cruz, como tantos otros, aunque quizá algo más que nunca desde el momento en que, tras finalizar su relación de apoderamiento con Santiago Ellauri y Pedro Rodríguez Tamayo, el torero de Puebla del Prior se decidió por la autogestión, poniendo sus designios en manos de su hombre de confianza, su mozo de espadas de toda la vida: David Benegas, quien no dudó en dar el paso al frente que su amigo le pidió para conducir juntos el presente y el futuro inmediato. Una apuesta en toda regla, una reafirmación, dicho queda, hecha, además, en un momento tan difícil e incierto como éste de salida de una pandemia y sus consecuencias en la actividad y la economía del toreo. Porque 2022 era el primer año de verdad tras el paréntesis vital que, como un túnel, tocó atravesar al mundo entero. Era el año en el que se recuperaba la normalidad y las ferias y el desarrollo habitual de cada campaña taurina. Pero, ¿en qué condiciones tras tremendo tsunami? Lejos de refugiarse en la comodidad de una casa empresarial que le garantizara un año tranquilo, poder navegar sobre seguro, Miguel Ángel optó por rizar el rizo de lo que siempre representó con hechos más que con palabras y decidió que su camino y que su suerte la decide él. Y con tamaño envite, se echó a recorrer la temporada de su mayoría de edad como matador de toros. 

 

  MG 651120220713 pamplona015

 

Y desde el principio remarcó su territorio asumiendo los primeros retos. Como debutar con los toros de Victorino Martín a las primeras de cambio, en Castellón, y en mano a mano con el torero del momento, Emilio de Justo. Y también en Sevilla. Una soberana e implacable declaración de intenciones de quien, ya entonces, reconocía que el cuerpo le pedía retos. Y que llegaba preparado a ellos lo atesoró en Valdemorillo, su primera aparición de luces en 2022, el 6 de febrero, antes que nunca. Allí se encontró con Cacique, un excelente toro de Montalvo al que le cortó las dos orejas, las primeras de las 44 orejas que ha sumado de los setenta toros a los que se ha medido. De ellos, siete de Víctorino Martín (Castellón, Sevilla y Badajoz) y otros tanto de Fuente Ymbro (Alicante, Badajoz, Valladolid y Madrid), las ganaderías con las que más se ha anunciado este año. Fue en Sevilla y de Victorino el único toro que le hirió. El último de los tres del mano a mano con Antonio Ferrera en la Feria de Abril. Dos cornadas de seis y ocho centímetros en la espalda, que le tuvo 35 días fuera de concurso. La reaparición llegó en Santisteban del Puerto, donde volvió a lo grande, cortando tres orejas para arrancar el tramo central de la campaña con el revés de quedarse fuera de Madrid y de San Isidro. Un contratiempo doloroso, claro está, porque Las Ventas es la plaza cenital en la trayectoria de Perera, pero del que nunca se quejó, simplemente siguió adelante. No en Madrid, pero sí en otras cuatro plazas de primera categoría pisó el pacense: la mencionada Sevilla (donde obtuvo un apéndice de su primer toro de El Parralejo), Pamplona, Valencia y Bilbao. De todas ellas, sin duda, la capital navarra es la que mejor recuerdo deja en la memoria de Miguel Ángel. Una oreja le cortó a cada uno de sus ejemplares de Victoriano del Río en una tarde en la que, según cantaron las crónicas, emergió “el mejor Perera”. Fue su gran golpe en la mesa de 2022, uno de esos días en los que se expresó en lo más pleno de su dimensión. 

 

20220729 santander029Pamplona ocupa la cima de su campaña junto a Santander, donde el diestro de Badajoz indultó al toro Hurón, de La Quinta. Un toro excepcional, bravo sin discusión, con una movilidad y una entrega enclasada realmente vibrantes, al que el torero extremeño le sacó lo mejor para hacerlo mejor aún. La mejor racha de puertas grandes llegó en los cuatro primeros días de septiembre, cuando encadenó un póker de salidas a hombros consecutivas en Cuéllar, Mérida, Palencia y Bayona, junto a Saint-Gilles, sus dos mejores actuaciones de las tres que completó en Francia. La tercera, con menos opciones para triunfar, fue en Saint Sever. Y, por supuesto, en el podio de los grandes acontecimientos de 2002, Badajoz. Miguel Ángel Perera conmemoró en su casa los dieciocho años de su alternativa midiéndose a seis toros en solitario de diferentes ganaderías y a beneficio del Banco de Alimentos de la capital extremeña. Una tarde de reencuentro con su propia historia, con el origen de todo, pero que el juego general del ganado deslució en parte. Aunque solo en parte, porque, por encima de todo, se impuso la férrea voluntad de triunfo del torero en su plaza, con su gente y en su día. 

20220619 guijuelo033 MG 2944

 

Muy especial fue también la cita de Guijuelo, la última de su suegro, el maestro Pedro Gutiérrez Moya Niño de la Capea, también de celebración: la de las Boda de Oro de su doctorado. Una tarde hermosa, emocionante e irrepetible en la que el gran Capea cumplió su ilusión de compartir paseíllo de luces con su hijo y su yerno. Por supuesto, triunfó el maestro… Citada Francia, Miguel Ángel Perera ha hecho también en 2022 dos incursiones en otros países taurinos: México y Venezuela. En el primer caso, para comparecer en Texcoco y Aguascalientes, en abril, aunque no halló correspondencia en el ganado a su apuesta por estar. En el segundo caso, Tovar, por partida doble en septiembre, una plaza donde debutó para sumarse al impulso a aquella feria que trata de darle Johan Santana, célebre jugador de beisbol venezolano que está volcando no pocos recursos en consolidar los toros en su ciudad natal. Allí, en Tovar, indultó Perera su segundo toro del año, Bastonero, de la ganadería colombiana El Capiro.

 

Pero ésta ha sido la temporada en que el torero extremeño se quedó sin uno de sus escuderos más fieles y fundamentales de todos estos años: el picador Paco Doblado, que decidió dejar el toreo tras la tarde del 3 de agosto en Huelva, completando así dieciocho campañas juntos. El triunfo en Huesca frente a toros de El Torero, el de Higuera la Real frente a los de Murteira Grave, el regreso a su Salamanca o la presentación en Piedrabuena son otros detalles a recordar del año en que Miguel Ángel se decidió por ser Perera con todas las consecuencias. Una manera de reafirmarse en su manera de estar y de ser. Que a estas alturas, lo que más cuenta es “estar a gusto conmigo mismo”, como confiesa el torero.

El año de la reafirmación

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La de 2022 ha sido la temporada de la reafirmación de Miguel Ángel Perera. La reafirmación de una manera de ser y de estar. De una filosofía y de un estatus. Un año de nuevo a cara o cruz, como tantos otros, aunque quizá algo más que nunca desde el momento en que, tras finalizar su relación de apoderamiento con Santiago Ellauri y Pedro Rodríguez Tamayo, el torero de Puebla del Prior se decidió por la autogestión, poniendo sus designios en manos de su hombre de confianza, su mozo de espadas de toda la vida: David Benegas, quien no dudó en dar el paso al frente que su amigo le pidió para conducir juntos el presente y el futuro inmediato. Una apuesta en toda regla, una reafirmación, dicho queda, hecha, además, en un momento tan difícil e incierto como éste de salida de una pandemia y sus consecuencias en la actividad y la economía del toreo. Porque 2022 era el primer año de verdad tras el paréntesis vital que, como un túnel, tocó atravesar al mundo entero. Era el año en el que se recuperaba la normalidad y las ferias y el desarrollo habitual de cada campaña taurina. Pero, ¿en qué condiciones tras tremendo tsunami? Lejos de refugiarse en la comodidad de una casa empresarial que le garantizara un año tranquilo, poder navegar sobre seguro, Miguel Ángel optó por rizar el rizo de lo que siempre representó con hechos más que con palabras y decidió que su camino y que su suerte la decide él. Y con tamaño envite, se echó a recorrer la temporada de su mayoría de edad como matador de toros. 

 

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Y desde el principio remarcó su territorio asumiendo los primeros retos. Como debutar con los toros de Victorino Martín a las primeras de cambio, en Castellón, y en mano a mano con el torero del momento, Emilio de Justo. Y también en Sevilla. Una soberana e implacable declaración de intenciones de quien, ya entonces, reconocía que el cuerpo le pedía retos. Y que llegaba preparado a ellos lo atesoró en Valdemorillo, su primera aparición de luces en 2022, el 6 de febrero, antes que nunca. Allí se encontró con Cacique, un excelente toro de Montalvo al que le cortó las dos orejas, las primeras de las 44 orejas que ha sumado de los setenta toros a los que se ha medido. De ellos, siete de Víctorino Martín (Castellón, Sevilla y Badajoz) y otros tanto de Fuente Ymbro (Alicante, Badajoz, Valladolid y Madrid), las ganaderías con las que más se ha anunciado este año. Fue en Sevilla y de Victorino el único toro que le hirió. El último de los tres del mano a mano con Antonio Ferrera en la Feria de Abril. Dos cornadas de seis y ocho centímetros en la espalda, que le tuvo 35 días fuera de concurso. La reaparición llegó en Santisteban del Puerto, donde volvió a lo grande, cortando tres orejas para arrancar el tramo central de la campaña con el revés de quedarse fuera de Madrid y de San Isidro. Un contratiempo doloroso, claro está, porque Las Ventas es la plaza cenital en la trayectoria de Perera, pero del que nunca se quejó, simplemente siguió adelante. No en Madrid, pero sí en otras cuatro plazas de primera categoría pisó el pacense: la mencionada Sevilla (donde obtuvo un apéndice de su primer toro de El Parralejo), Pamplona, Valencia y Bilbao. De todas ellas, sin duda, la capital navarra es la que mejor recuerdo deja en la memoria de Miguel Ángel. Una oreja le cortó a cada uno de sus ejemplares de Victoriano del Río en una tarde en la que, según cantaron las crónicas, emergió “el mejor Perera”. Fue su gran golpe en la mesa de 2022, uno de esos días en los que se expresó en lo más pleno de su dimensión. 

 

20220729 santander029Pamplona ocupa la cima de su campaña junto a Santander, donde el diestro de Badajoz indultó al toro Hurón, de La Quinta. Un toro excepcional, bravo sin discusión, con una movilidad y una entrega enclasada realmente vibrantes, al que el torero extremeño le sacó lo mejor para hacerlo mejor aún. La mejor racha de puertas grandes llegó en los cuatro primeros días de septiembre, cuando encadenó un póker de salidas a hombros consecutivas en Cuéllar, Mérida, Palencia y Bayona, junto a Saint-Gilles, sus dos mejores actuaciones de las tres que completó en Francia. La tercera, con menos opciones para triunfar, fue en Saint Sever. Y, por supuesto, en el podio de los grandes acontecimientos de 2002, Badajoz. Miguel Ángel Perera conmemoró en su casa los dieciocho años de su alternativa midiéndose a seis toros en solitario de diferentes ganaderías y a beneficio del Banco de Alimentos de la capital extremeña. Una tarde de reencuentro con su propia historia, con el origen de todo, pero que el juego general del ganado deslució en parte. Aunque solo en parte, porque, por encima de todo, se impuso la férrea voluntad de triunfo del torero en su plaza, con su gente y en su día. 

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Muy especial fue también la cita de Guijuelo, la última de su suegro, el maestro Pedro Gutiérrez Moya Niño de la Capea, también de celebración: la de las Boda de Oro de su doctorado. Una tarde hermosa, emocionante e irrepetible en la que el gran Capea cumplió su ilusión de compartir paseíllo de luces con su hijo y su yerno. Por supuesto, triunfó el maestro… Citada Francia, Miguel Ángel Perera ha hecho también en 2022 dos incursiones en otros países taurinos: México y Venezuela. En el primer caso, para comparecer en Texcoco y Aguascalientes, en abril, aunque no halló correspondencia en el ganado a su apuesta por estar. En el segundo caso, Tovar, por partida doble en septiembre, una plaza donde debutó para sumarse al impulso a aquella feria que trata de darle Johan Santana, célebre jugador de beisbol venezolano que está volcando no pocos recursos en consolidar los toros en su ciudad natal. Allí, en Tovar, indultó Perera su segundo toro del año, Bastonero, de la ganadería colombiana El Capiro.

 

Pero ésta ha sido la temporada en que el torero extremeño se quedó sin uno de sus escuderos más fieles y fundamentales de todos estos años: el picador Paco Doblado, que decidió dejar el toreo tras la tarde del 3 de agosto en Huelva, completando así dieciocho campañas juntos. El triunfo en Huesca frente a toros de El Torero, el de Higuera la Real frente a los de Murteira Grave, el regreso a su Salamanca o la presentación en Piedrabuena son otros detalles a recordar del año en que Miguel Ángel se decidió por ser Perera con todas las consecuencias. Una manera de reafirmarse en su manera de estar y de ser. Que a estas alturas, lo que más cuenta es “estar a gusto conmigo mismo”, como confiesa el torero.

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