Toreros que toman la calle
Miguel Ángel Perera y Julián López El Juli compartieron ayer una tarde deliciosa con los aficionados de Huelva en el marco de Toreros de calle, una iniciativa promocional de la inminente Feria Taurina de Colombinas que organiza la empresa de la Plaza de Toros La Merced. Cientos de personas -muchos de ellos, niños- abarrotaron el Paseo de la Ría de la capital onubense y conversaron de tú a tú y de manera muy cercana con los toreros, que hablaron, sobre todo, de ellos como personas.
El objetivo era mostrar a Perera y a El Juli, ante todo, como Miguel Ángel y Julián. Es decir, desde su plano más íntimo y, por tanto, menos conocido, tratando de dejar a un lado al héroe que cada tarde se viste de torero para poner en el foco al hombre que es padre, hijo, hermano, esposo y amigo. Y de ellos hablaron ambos. De sus vidas, de sus aficiones, de lo que les gusta hacer cuando están fuera de la plaza, de lo que les preocupa del presente y del futuro, de lo que hubieran querido ser de 
no haber sido toreros (El Juli, psicólogo. Perera, portero de fútbol), de la virtud personal que admira el uno del otro, de su amistad, de lo que quieren para su mañana y de la grandeza y de la humildad. Esa condición sine quanon que les ha hecho los colosos que son. Pero sin perder nunca los pies del suelo por más alto que fueran los sueños que iban consiguiendo.
Entre risas, bromas, complicidad y un montón de situaciones divertidas, Perera y El Juli respondieron pacientemente a las preguntas de los niños -decenas de ellos- que ocupaban sentados en el suelo el primer plano de un auditorio donde cabía gente de todas las edades. Tras una hora de conversación distendida y amable, siempre cercana y muy agradable, Miguel Ángel y Julián firmaron postales y libros, se hicieron cientos de fotos y atendieron solícitos hasta la última petición de cariño de pequeños y mayores, generando así el mejor ambiente posible de cara al paseíllo que ambos compartirán en La Merced el próximo 4 de agosto.
Fotos ALBERTO DÍAZ
Toreros que toman la calle
Miguel Ángel Perera y Julián López El Juli compartieron ayer una tarde deliciosa con los aficionados de Huelva en el marco de Toreros de calle, una iniciativa promocional de la inminente Feria Taurina de Colombinas que organiza la empresa de la Plaza de Toros La Merced. Cientos de personas -muchos de ellos, niños- abarrotaron el Paseo de la Ría de la capital onubense y conversaron de tú a tú y de manera muy cercana con los toreros, que hablaron, sobre todo, de ellos como personas.
El objetivo era mostrar a Perera y a El Juli, ante todo, como Miguel Ángel y Julián. Es decir, desde su plano más íntimo y, por tanto, menos conocido, tratando de dejar a un lado al héroe que cada tarde se viste de torero para poner en el foco al hombre que es padre, hijo, hermano, esposo y amigo. Y de ellos hablaron ambos. De sus vidas, de sus aficiones, de lo que les gusta hacer cuando están fuera de la plaza, de lo que les preocupa del presente y del futuro, de lo que hubieran querido ser de no haber sido toreros (El Juli, psicólogo. Perera, portero de fútbol), de la virtud personal que admira el uno del otro, de su amistad, de lo que quieren para su mañana y de la grandeza y de la humildad. Esa condición sine quanon que les ha hecho los colosos que son. Pero sin perder nunca los pies del suelo por más alto que fueran los sueños que iban consiguiendo.
Entre risas, bromas, complicidad y un montón de situaciones divertidas, Perera y El Juli respondieron pacientemente a las preguntas de los niños -decenas de ellos- que ocupaban sentados en el suelo el primer plano de un auditorio donde cabía gente de todas las edades. Tras una hora de conversación distendida y amable, siempre cercana y muy agradable, Miguel Ángel y Julián firmaron postales y libros, se hicieron cientos de fotos y atendieron solícitos hasta la última petición de cariño de pequeños y mayores, generando así el mejor ambiente posible de cara al paseíllo que ambos compartirán en La Merced el próximo 4 de agosto.
Fotos ALBERTO DÍAZ