20170909 albacete02
9 de septiembre de 2017
ALBACETE
Corrida del CENTENARIO de la Plaza de Toros
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
DOMINGO HERNÁNDEZ y GARCIGRANDE
El Fandi
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Alejandro Talavante
Roca Rey
  
POR ENCIMA DE TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS
 
Albacete ocupa un lugar en el corazón profesional de Miguel Ángel Perera. También en el personal. Por eso, aunque fuera por la vía de la sustitución, era tan especial para él estar hoy en la corrida que conmemoraba el primer siglo de La Chata, su plaza de toros. Era el primero de los dos encuentros que Perera y Albacete mantendrán en el plazo de sólo unos días. El primero también sin Dámaso González, el espejo y el amigo. En éste primero, las cosas no se rodearon como es menester para terminar en triunfo. Básicamente, porque le cupo en (mala) suerte a Miguel Ángel un sexto toro -segundo de su lote- peligroso e incierto por de más y ante el que el extremeño se jugó el tipo sin cuento. De verdad. Soportando una y otra vez las pasadas a cara o cruz del toro, sin emplearse nunca. Descompuesto el de Domingo Hernández y segurísimo el diestro, que no le dudó nunca, que se puso y no se quitó, que no encogió, que se quedaba siempre hierático como una vela por estrenar. No valió el toro para hacer el toreo, pero sí para encumbrar lo que se juegan los toreros cada tarde que ejercen de héroes. Y Albacete, que sabe ver lo que ve, así lo entendió.
 
 
Al menos, sí se lleva Miguel Ángel Perera el recuerdo de una oreja de su paso por la corrida de cumpleaños de La Chata. Se lleva el premio material y la recompensa intangible, íntima, del puñado de muletazos al ralentí y verdaderamente sentidos que le instrumentó a su primer oponente, también de Domingo Hernández. Fue bueno el toro y mejor que lo hizo Perera, cuya técnica fue impecable, toda aplicada a favor de las virtudes del animal. Para reforzarlo y acrecentar sus prestaciones. Las explotó todas en cada serie y, agotadas éstas, en la invasión final de los terrenos del toro. Eso dice la lógica, la misma que echa abajo Miguel Ángel cuando comparte propiedad de ese sitio donde nada como pez en el agua. Mató enseguida y recibió el premio comentado, el que refrendaba la personal satisfacción del torero por el cuajo macizo de su arte. 
 
 
Plaza de Toros de ALBACETE. Lleno en los tendidos. Se lidian toros de DOMINGO HERNÁNDEZ y GARCIGRANDE. El cuarto, de nombre Orgullito-55, fue indultado por Roca Rey 
 
El Fandi: oreja y ovación
Miguel Ángel Perera: oreja y ovación
Alejandro Talavante: oreja y dos orejas  
Roca Rey: dos orejas y rabo simbólicos y dos orejas
 
MIGU5521.JPG MIGU5524.JPG MIGU5536.JPG MIGU5562.JPG MIGU5584.JPG MIGU5604.JPG MIGU5609.JPG MIGU5610.JPG MIGU5611.JPG MIGU5619.JPG MIGU5623.JPG MIGU5646.JPG MIGU5658.JPG MIGU5661.JPG MIGU5689.JPG MIGU5700.JPG MIGU5716.JPG MIGU5722.JPG MIGU5731.JPG MIGU5736.JPG  

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ALBACETE
Corrida del CENTENARIO de la Plaza de Toros
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
DOMINGO HERNÁNDEZ y GARCIGRANDE
El Fandi
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Alejandro Talavante
Roca Rey
  
POR ENCIMA DE TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS
 
Albacete ocupa un lugar en el corazón profesional de Miguel Ángel Perera. También en el personal. Por eso, aunque fuera por la vía de la sustitución, era tan especial para él estar hoy en la corrida que conmemoraba el primer siglo de La Chata, su plaza de toros. Era el primero de los dos encuentros que Perera y Albacete mantendrán en el plazo de sólo unos días. El primero también sin Dámaso González, el espejo y el amigo. En éste primero, las cosas no se rodearon como es menester para terminar en triunfo. Básicamente, porque le cupo en (mala) suerte a Miguel Ángel un sexto toro -segundo de su lote- peligroso e incierto por de más y ante el que el extremeño se jugó el tipo sin cuento. De verdad. Soportando una y otra vez las pasadas a cara o cruz del toro, sin emplearse nunca. Descompuesto el de Domingo Hernández y segurísimo el diestro, que no le dudó nunca, que se puso y no se quitó, que no encogió, que se quedaba siempre hierático como una vela por estrenar. No valió el toro para hacer el toreo, pero sí para encumbrar lo que se juegan los toreros cada tarde que ejercen de héroes. Y Albacete, que sabe ver lo que ve, así lo entendió.
 
 
Al menos, sí se lleva Miguel Ángel Perera el recuerdo de una oreja de su paso por la corrida de cumpleaños de La Chata. Se lleva el premio material y la recompensa intangible, íntima, del puñado de muletazos al ralentí y verdaderamente sentidos que le instrumentó a su primer oponente, también de Domingo Hernández. Fue bueno el toro y mejor que lo hizo Perera, cuya técnica fue impecable, toda aplicada a favor de las virtudes del animal. Para reforzarlo y acrecentar sus prestaciones. Las explotó todas en cada serie y, agotadas éstas, en la invasión final de los terrenos del toro. Eso dice la lógica, la misma que echa abajo Miguel Ángel cuando comparte propiedad de ese sitio donde nada como pez en el agua. Mató enseguida y recibió el premio comentado, el que refrendaba la personal satisfacción del torero por el cuajo macizo de su arte. 
 
 
Plaza de Toros de ALBACETE. Lleno en los tendidos. Se lidian toros de DOMINGO HERNÁNDEZ y GARCIGRANDE. El cuarto, de nombre Orgullito-55, fue indultado por Roca Rey 
 
El Fandi: oreja y ovación
Miguel Ángel Perera: oreja y ovación
Alejandro Talavante: oreja y dos orejas  
Roca Rey: dos orejas y rabo simbólicos y dos orejas
 
MIGU5521.JPG MIGU5524.JPG MIGU5536.JPG MIGU5562.JPG MIGU5584.JPG MIGU5604.JPG MIGU5609.JPG MIGU5610.JPG MIGU5611.JPG MIGU5619.JPG MIGU5623.JPG MIGU5646.JPG MIGU5658.JPG MIGU5661.JPG MIGU5689.JPG MIGU5700.JPG MIGU5716.JPG MIGU5722.JPG MIGU5731.JPG MIGU5736.JPG  
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