4 de septiembre de 2016
ALCÁZAR DE SAN JUAN
Feria y fiestas de septiembre
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
SÁNCHEZ ARJONA
Diego Ventura
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Cayetano
GRAN TARDE DE PERERA SÓLO EMBORRONADA POR LA ESPADA
Otra vez la espada. Ese pero que le está robando tanto lustre, al menos el lustre de la apariencia, a una temporada tan profunda en su esencia. La tarde de hoy es buen reflejo del año de Miguel Ángel Perera: su toreo es sobresaliente, de dimensión mayúscula, pero los aceros le restan contundencia a los resultados. Ésta de hoy pudo y debió ser corrida de cuatro orejas a tenor de cómo estuvo Miguel Ángel ante su lote de toros de Sánchez Arjona, pero todo se quedó en la oreja del quinto. Demasiado poco para tanto como, otra vez, desplegó el diestro de Puebla de Prior.
Tuvo nobleza su primero aunque la raza justa. Se gustó Miguel Ángel una tarde más con el capote, ya en los lances de recibo, ya en el variadísimo quite que, sobre todo, tuvo el valor de la despaciosidad con que el extremeño bamboléo el rosa, así como lo cerca que se pasó al toro en cada uno de los lances. Todo ello, abrochado con una media de manos muy bajas y el toro enroscado a la cintura del torero. Ya en la faena de muleta, construyó una obra rotunda en la series por el pitón derecho por donde Perera llevó muy toreado a su oponente en pases largos como ríos y exigentes, no sólo por la longitud de su trazo, sino también por lo despacio que los dibujó. Siguió la misma estrategia, la misma esencia, el mismo pálpito, al natural, aunque al de Sánchez Arjona le costó más desplazarse por ahí. Pero tiró de él una barbaridad el torero, rompiéndolo hacia adelante y, de nuevo, firmando muletazos de alto contenido. Por su estructura y por la belleza como surgieron. No merecía la obra de Miguel Ángel los pinchazos con la espada que sobrevinieron luego, ni tampoco que el premio final se quedara en los aplausos del público cuando el diestro se retiraba a tablas.
Nulas opciones halló Miguel Ángel Perera en el que hizo quinto, un toro que se paró demasiado pronto. No le quedó otra más que hacer completamente suyos esos terrenos que, por pura ley física, son del animal, instalarse ahí, poner su cuerpo casi más por delante que la muleta, arrancar uno a uno los muletazos que, a regañadientes, el toro se tragó y, en definitiva, ofrecer una dimensión de entrega, de actitud y de poder total. Otra vez marró con el acero antes de la estocada definitiva y, lo que tuvieron que ser dos apéndices también aquí, se quedó en uno.
Plaza de toros de ALCÁZAR DE SAN JUAN. Tres cuartos de plaza. Se lidian toros de SÁNCHEZ ARJONA.
Diego Ventura: oreja y dos orejas
Miguel Ángel Perera: aplausos y oreja
Cayetano: oreja y oreja