MIGU6040
30 de julio de 2016
SANTANDER
Feria de SANTIAGO
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
ADOLFO MARTÍN
El Cid
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Alejandro Talavante
  
PERERA SUBLIMA EL TEMPLE Y EL TOREO AL NATURAL
 

No era fácil imponerse al ambiente que genera en una plaza un acontecimiento extraordinario como es un indulto. Porque parece que la gente siga flotando en las sensaciones vividas y no termine de meterse en lo que viene después. Es lo que pasó en el primero de Miguel Ángel Perera, cuyo premio se quedó sólo en ovación. Premio corto e injusto con la dimensión que ofreció el de Puebla del Prior ante un toro, Aviador-20, que no se entregó nunca, pero al que toreó al ralentí, materializando Miguel Ángel la quintaesencia del temple, sobre todo, en varias series al natural con la mano derecha, sin ayuda el toreo en su mano, en la que condujo a base de caricias al de Adolfo buscando convencerlo. Fue en ésas en las que Perera cuajó muletazos de una belleza exquisita por su trazo y por su longitud, por su tiempo también, despacio, muy despacio. Es verdad que la gente no terminó de entrar nunca en lo que Miguel Ángel hacía, pero éste toreó como para sí, para llenarse de aquello que un torero busca cuando torea a solas soñando que torea como sueña. Colosales los pases de pecho. Sabio el entramado técnico de la faena, explorando en el misterio del toro más allá incluso de lo que éste transmitía. Lo dicho: toreando el torero para el torero… Mató pronto, pero ni por ésas se calentó el público, aturdido aún por lo vivido nada más empezar con el indulto del primer Adolfo de la tarde.

 

Por extraño que parezca, tampoco se metió la gente en la faena al quinto y también en éste quedó el premio sólo en ovación. Y eso que contruyó Perera una faena de amplio fondo técnico buscando mantener al toro de Adolfo entre la necesidad de poderle para imponerse a él y evitar que se fuera. Un planteamiento que quedó expresado en el comienzo de faena con doblones concebidos muy despacio y llevando en línea recta al burel para ayudarle. A partir de ahí, se fueron sucediendo las tandas de muletazos, que salían cada una más importante que la anterior. Todo, sobre el pilar del temple, alargando las embestidas del toro, bravo y de gran clase. La medida, el ritmo, el fondo, el final de cada pase -más por abajo imposible- compartieron cadencia y exactitud en un ejercicio de despaciosidad sencillamente subline. Tuvo importancia también el final de faena, desarrollado en el terreno justo, no más, con Miguel Ángel haciendo girar todo el toreo sobre su cintura en circulares y martinetes que tenían el mérito, al parecer oculto, de seguir siendo todo toreo, nada de adorno. Pinchó antes de cobrar media estocada y la frialdad se mantuvo. Con todo, dicho queda que hoy Miguel Ángel Perera ha toreado muy para sí. Y cómo ha toreado...

Plaza de Toros de SANTANDER. Tres cuartos de entrada. Se lidian toros de ADOLFO MARTÍN, el primero de ellos, de nombre Madroñito-2, es indultado por El Cid 
 
El Cid: dos orejas simbólicas y ovación
Miguel Ángel Perera:  ovación y ovación
Alejandro Talavante: ovación y silencio
 
Se desmontera Curro Javier tras parear al quinto de la tarde.
 
    
MIGU5572.JPG MIGU5586.JPG MIGU5589.JPG MIGU5596.JPG MIGU5655.JPG MIGU5661.JPG MIGU5662.JPG MIGU5663.JPG MIGU5664.JPG MIGU5665.JPG MIGU5681.JPG MIGU5713.JPG MIGU5733.JPG MIGU5734.JPG MIGU5735.JPG MIGU5923.JPG MIGU5931.JPG MIGU5932.JPG MIGU5939.JPG MIGU5945.JPG MIGU5986.JPG MIGU5994.JPG MIGU6004.JPG MIGU6005.JPG MIGU6006.JPG MIGU6013.JPG MIGU6040.JPG MIGU6048.JPG MIGU6062.JPG MIGU6074.JPG MIGU6090.JPG  
 

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30 de julio de 2016
SANTANDER
Feria de SANTIAGO
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
ADOLFO MARTÍN
El Cid
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Alejandro Talavante
  
PERERA SUBLIMA EL TEMPLE Y EL TOREO AL NATURAL
 

No era fácil imponerse al ambiente que genera en una plaza un acontecimiento extraordinario como es un indulto. Porque parece que la gente siga flotando en las sensaciones vividas y no termine de meterse en lo que viene después. Es lo que pasó en el primero de Miguel Ángel Perera, cuyo premio se quedó sólo en ovación. Premio corto e injusto con la dimensión que ofreció el de Puebla del Prior ante un toro, Aviador-20, que no se entregó nunca, pero al que toreó al ralentí, materializando Miguel Ángel la quintaesencia del temple, sobre todo, en varias series al natural con la mano derecha, sin ayuda el toreo en su mano, en la que condujo a base de caricias al de Adolfo buscando convencerlo. Fue en ésas en las que Perera cuajó muletazos de una belleza exquisita por su trazo y por su longitud, por su tiempo también, despacio, muy despacio. Es verdad que la gente no terminó de entrar nunca en lo que Miguel Ángel hacía, pero éste toreó como para sí, para llenarse de aquello que un torero busca cuando torea a solas soñando que torea como sueña. Colosales los pases de pecho. Sabio el entramado técnico de la faena, explorando en el misterio del toro más allá incluso de lo que éste transmitía. Lo dicho: toreando el torero para el torero… Mató pronto, pero ni por ésas se calentó el público, aturdido aún por lo vivido nada más empezar con el indulto del primer Adolfo de la tarde.

 

Por extraño que parezca, tampoco se metió la gente en la faena al quinto y también en éste quedó el premio sólo en ovación. Y eso que contruyó Perera una faena de amplio fondo técnico buscando mantener al toro de Adolfo entre la necesidad de poderle para imponerse a él y evitar que se fuera. Un planteamiento que quedó expresado en el comienzo de faena con doblones concebidos muy despacio y llevando en línea recta al burel para ayudarle. A partir de ahí, se fueron sucediendo las tandas de muletazos, que salían cada una más importante que la anterior. Todo, sobre el pilar del temple, alargando las embestidas del toro, bravo y de gran clase. La medida, el ritmo, el fondo, el final de cada pase -más por abajo imposible- compartieron cadencia y exactitud en un ejercicio de despaciosidad sencillamente subline. Tuvo importancia también el final de faena, desarrollado en el terreno justo, no más, con Miguel Ángel haciendo girar todo el toreo sobre su cintura en circulares y martinetes que tenían el mérito, al parecer oculto, de seguir siendo todo toreo, nada de adorno. Pinchó antes de cobrar media estocada y la frialdad se mantuvo. Con todo, dicho queda que hoy Miguel Ángel Perera ha toreado muy para sí. Y cómo ha toreado...

Plaza de Toros de SANTANDER. Tres cuartos de entrada. Se lidian toros de ADOLFO MARTÍN, el primero de ellos, de nombre Madroñito-2, es indultado por El Cid 
 
El Cid: dos orejas simbólicas y ovación
Miguel Ángel Perera:  ovación y ovación
Alejandro Talavante: ovación y silencio
 
Se desmontera Curro Javier tras parear al quinto de la tarde.
 
    
MIGU5572.JPG MIGU5586.JPG MIGU5589.JPG MIGU5596.JPG MIGU5655.JPG MIGU5661.JPG MIGU5662.JPG MIGU5663.JPG MIGU5664.JPG MIGU5665.JPG MIGU5681.JPG MIGU5713.JPG MIGU5733.JPG MIGU5734.JPG MIGU5735.JPG MIGU5923.JPG MIGU5931.JPG MIGU5932.JPG MIGU5939.JPG MIGU5945.JPG MIGU5986.JPG MIGU5994.JPG MIGU6004.JPG MIGU6005.JPG MIGU6006.JPG MIGU6013.JPG MIGU6040.JPG MIGU6048.JPG MIGU6062.JPG MIGU6074.JPG MIGU6090.JPG  
 
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