MIGU5542
28 de julio de 2016
SANTANDER
Feria de SANTIAGO
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
GARCIGRANDE y DOMINGO HERNÁNDEZ
Julián López, El Juli
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Roca Rey
  
FIRMEZA Y CAPACIDAD PARA REAFIRMAR EL IDILIO CON SANTANDER
 
Novena puerta grande de la temporada para Miguel Ángel Perera (contando entre ellas la de Arévalo, aunque los toreros se marcharan a pie en señal de luto por la muerte de Víctor Barrio). Triunfo del extremeño desde la firmeza y la capacidad técnica para sobreponerse a la distinta condición de sus toros de Garcigrande y Domingo Hernández. Diferentes ambos, aunque iguales en la falta, sobre todo, de raza. Mejor fondo tuvo el primero y Miguel Ángel lo sacó a flote, lo explotó y lo exprimió. Porfión y a la defensiva el segundo, pero derrotado también por el de Badajoz desde la premisa de la quietud y el temple. Temple otra vez: la palabra que define la virtud más presente en el Perera de 2016. 
 
 
Una oreja le cortó a su primero, un toro con el hierro de Garcigrande de buen fondo, pero con la raza justa. El extremeño caló enseguida al toro y ya en el quite con el capote marcó el camino a seguir, en una variada serie de lances con la despaciosidad como tronco. Fue a partir de ahí donde el burel comenzó a definirse. Empezó Perera su faena de muleta en los medios, en un comienzo marca de la casa con la quietud como eje para luego sacar todo el partido de las embestidas del toro en tandas por ambos pitones, aunque especialmente por el lado izquierdo, con muletazos que fueron afianzando y mejorando su condición a base de llevarle muy toreado, muy despacio y muy largo, prolongando sin quebrantar, abriendo horizontes para maximizar el buen fondo del burel. Faena maciza, segura, impecable desde su concepción técnica e impregnada de bella torería que, tras un pinchazo hondo de buen efecto, le sirvió a Miguel Ángel para inaugurar su casillero en la Feria de Santiago. 
 
 
El mismo premio obtuvo del quinto, donde se vio otra versión de Perera. Desde el temple también, aunque, en este caso, de ése que sirve para poder, para corregir y para vencer. No tuvo clase este de Garcigrande, que protestó mucho y pronto, que porfió con instinto defensivo y que buscó afear el final de cada muletazo soltando tornillazos. Fue ahí donde se impuso ese otro sentido del temple del torero, herramienta tan versatil, tan necesaria, tan clave. Tuvo la faena la emotivida de esa porfía mencionada entre lo defensivo del toro y la imposición del oficio del torero para estar por encima. Fue a más la composición. En intensidad y en mérito, en la misma medida en la que el ejemplar de Garcigrande se paraba y protestaba. Miguel Ángel clavó sus zapatillas en la arena cántabra e hizo cimiento de su cuerpo, que ya no se movió más. Apenas la cintura, sólo las muñecas. Le costó mucho más al burel por el lado izquierdo, así que se hizo fuerte Miguel Ángel por el pitón diestro en series que eran un pulso puro y que el de Puebla del Prior remataba rebozándose en pases de pecho macizos y rotundos. Como en Valencia. Mató de nuevo a la primera y consiguió ese segundo trofeo que le abría la puerta grande y que reafirma ese idilio de Perera con Santander al que los dos acuden fieles cada año. 
 
Plaza de toros de SANTANDER. Casi lleno. Se lidian toros de GARCIGRANDE y DOMINGO HERNÁNDEZ.  
 
Julián López, El Juli:  ovación y dos orejas  
Miguel Ángel Perera: oreja y oreja
Roca Rey: silencio y dos orejas
 
 
 
MIGU5147.JPG MIGU5165.JPG MIGU5183.JPG MIGU5189.JPG MIGU5197.JPG MIGU5206.JPG MIGU5210.JPG MIGU5211.JPG MIGU5212.JPG MIGU5219.JPG MIGU5230.JPG MIGU5236.JPG MIGU5249.JPG MIGU5253.JPG MIGU5256.JPG MIGU5257.JPG MIGU5258.JPG MIGU5276.JPG MIGU5294.JPG MIGU5295.JPG MIGU5301.JPG MIGU5317.JPG MIGU5332.JPG MIGU5333.JPG MIGU5339.JPG MIGU5401.JPG MIGU5406.JPG MIGU5506.JPG MIGU5518.JPG MIGU5542.JPG
 

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28 de julio de 2016
SANTANDER
Feria de SANTIAGO
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
GARCIGRANDE y DOMINGO HERNÁNDEZ
Julián López, El Juli
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Roca Rey
  
FIRMEZA Y CAPACIDAD PARA REAFIRMAR EL IDILIO CON SANTANDER
 
Novena puerta grande de la temporada para Miguel Ángel Perera (contando entre ellas la de Arévalo, aunque los toreros se marcharan a pie en señal de luto por la muerte de Víctor Barrio). Triunfo del extremeño desde la firmeza y la capacidad técnica para sobreponerse a la distinta condición de sus toros de Garcigrande y Domingo Hernández. Diferentes ambos, aunque iguales en la falta, sobre todo, de raza. Mejor fondo tuvo el primero y Miguel Ángel lo sacó a flote, lo explotó y lo exprimió. Porfión y a la defensiva el segundo, pero derrotado también por el de Badajoz desde la premisa de la quietud y el temple. Temple otra vez: la palabra que define la virtud más presente en el Perera de 2016. 
 
 
Una oreja le cortó a su primero, un toro con el hierro de Garcigrande de buen fondo, pero con la raza justa. El extremeño caló enseguida al toro y ya en el quite con el capote marcó el camino a seguir, en una variada serie de lances con la despaciosidad como tronco. Fue a partir de ahí donde el burel comenzó a definirse. Empezó Perera su faena de muleta en los medios, en un comienzo marca de la casa con la quietud como eje para luego sacar todo el partido de las embestidas del toro en tandas por ambos pitones, aunque especialmente por el lado izquierdo, con muletazos que fueron afianzando y mejorando su condición a base de llevarle muy toreado, muy despacio y muy largo, prolongando sin quebrantar, abriendo horizontes para maximizar el buen fondo del burel. Faena maciza, segura, impecable desde su concepción técnica e impregnada de bella torería que, tras un pinchazo hondo de buen efecto, le sirvió a Miguel Ángel para inaugurar su casillero en la Feria de Santiago. 
 
 
El mismo premio obtuvo del quinto, donde se vio otra versión de Perera. Desde el temple también, aunque, en este caso, de ése que sirve para poder, para corregir y para vencer. No tuvo clase este de Garcigrande, que protestó mucho y pronto, que porfió con instinto defensivo y que buscó afear el final de cada muletazo soltando tornillazos. Fue ahí donde se impuso ese otro sentido del temple del torero, herramienta tan versatil, tan necesaria, tan clave. Tuvo la faena la emotivida de esa porfía mencionada entre lo defensivo del toro y la imposición del oficio del torero para estar por encima. Fue a más la composición. En intensidad y en mérito, en la misma medida en la que el ejemplar de Garcigrande se paraba y protestaba. Miguel Ángel clavó sus zapatillas en la arena cántabra e hizo cimiento de su cuerpo, que ya no se movió más. Apenas la cintura, sólo las muñecas. Le costó mucho más al burel por el lado izquierdo, así que se hizo fuerte Miguel Ángel por el pitón diestro en series que eran un pulso puro y que el de Puebla del Prior remataba rebozándose en pases de pecho macizos y rotundos. Como en Valencia. Mató de nuevo a la primera y consiguió ese segundo trofeo que le abría la puerta grande y que reafirma ese idilio de Perera con Santander al que los dos acuden fieles cada año. 
 
Plaza de toros de SANTANDER. Casi lleno. Se lidian toros de GARCIGRANDE y DOMINGO HERNÁNDEZ.  
 
Julián López, El Juli:  ovación y dos orejas  
Miguel Ángel Perera: oreja y oreja
Roca Rey: silencio y dos orejas
 
 
 
MIGU5147.JPG MIGU5165.JPG MIGU5183.JPG MIGU5189.JPG MIGU5197.JPG MIGU5206.JPG MIGU5210.JPG MIGU5211.JPG MIGU5212.JPG MIGU5219.JPG MIGU5230.JPG MIGU5236.JPG MIGU5249.JPG MIGU5253.JPG MIGU5256.JPG MIGU5257.JPG MIGU5258.JPG MIGU5276.JPG MIGU5294.JPG MIGU5295.JPG MIGU5301.JPG MIGU5317.JPG MIGU5332.JPG MIGU5333.JPG MIGU5339.JPG MIGU5401.JPG MIGU5406.JPG MIGU5506.JPG MIGU5518.JPG MIGU5542.JPG
 
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