GRAN TARDE EN HUELVA
Nada tiene que ver el balance numérico de premios con el buen nivel al que ha estado Perera toda la tarde, ya que la espada le ha privado de lo que podían haber sido, al menos, dos orejas. A su primero lo ha recibido por verónicas a pies juntos y se lo ha ido sacando hacia los medios, donde le ha recetado tres tafalleras. Allí ha coronado los lances de saludo con una larga. Él mismo le ha llevado hasta el caballo que montaba Paco Doblado, quien ha sido aplaudido tras el puyazo. Ha querido el torero quitar por chicuelinas y tafalleras, para rematar a una mano. Muy buenos los pares de Juan Sierra y Guillermo Barbero, que saludan la ovación.
Con la muleta ha sabido medir perfectamente los tiempos, toreando con mucha suavidad. El trazo de cada muletazo ha sido largo, vaciando bien la embestida al final de cada uno de ellos. Por el pitón izquierdo, el toro no ha tenido mucha duración, por lo que Perera ha vuelto a torear por derechazos para terminar de sacar las embestidas que le quedaban al animal. Estocada entera pero caída que deja el premio en leve petición y ovación que ha recogido en los medios.
Bronco ha salido el quinto, aunque ha seguido bien los primeros capotazos. De nuevo con embestida bronca ha acudido al caballo, para desmontar a Ignacio Rodríguez, que ha sufrido una fea caída, aunque sin consecuencias. Peor parado ha salido el pobre equino, con el que el Jandilla se ha cebado, asestándole una cornada en el cuello. De nuevo, extraordinario tercio de banderillas. Se desmonteran Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero.
Con pases cambiados por la espalda citando al toro de largo ha comenzado una faena que ha brindado al público, para continuar toreando con la muleta por abajo y obligando al toro, que no ha regalado una sola embestida. Una vez más, Perera ha sido capaz de tapar los defectos del toro, dándole todas las ventajas. Tampoco éste se ha dejado por el izquierdo. Además, al volver a hacer embestir –de nuevo por el lado derecho-, el animal se ha ido apagando. Dos pinchazos han precedido a una estocada entera, pero algo defectuosa. De nuevo, una cariñosa ovación, que también ha salido a recoger.
GRAN TARDE EN HUELVA
Nada tiene que ver el balance numérico de premios con el buen nivel al que ha estado Perera toda la tarde, ya que la espada le ha privado de lo que podían haber sido, al menos, dos orejas. A su primero lo ha recibido por verónicas a pies juntos y se lo ha ido sacando hacia los medios, donde le ha recetado tres tafalleras. Allí ha coronado los lances de saludo con una larga. Él mismo le ha llevado hasta el caballo que montaba Paco Doblado, quien ha sido aplaudido tras el puyazo. Ha querido el torero quitar por chicuelinas y tafalleras, para rematar a una mano. Muy buenos los pares de Juan Sierra y Guillermo Barbero, que saludan la ovación.
Con la muleta ha sabido medir perfectamente los tiempos, toreando con mucha suavidad. El trazo de cada muletazo ha sido largo, vaciando bien la embestida al final de cada uno de ellos. Por el pitón izquierdo, el toro no ha tenido mucha duración, por lo que Perera ha vuelto a torear por derechazos para terminar de sacar las embestidas que le quedaban al animal. Estocada entera pero caída que deja el premio en leve petición y ovación que ha recogido en los medios.
Bronco ha salido el quinto, aunque ha seguido bien los primeros capotazos. De nuevo con embestida bronca ha acudido al caballo, para desmontar a Ignacio Rodríguez, que ha sufrido una fea caída, aunque sin consecuencias. Peor parado ha salido el pobre equino, con el que el Jandilla se ha cebado, asestándole una cornada en el cuello. De nuevo, extraordinario tercio de banderillas. Se desmonteran Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero.
Con pases cambiados por la espalda citando al toro de largo ha comenzado una faena que ha brindado al público, para continuar toreando con la muleta por abajo y obligando al toro, que no ha regalado una sola embestida. Una vez más, Perera ha sido capaz de tapar los defectos del toro, dándole todas las ventajas. Tampoco éste se ha dejado por el izquierdo. Además, al volver a hacer embestir –de nuevo por el lado derecho-, el animal se ha ido apagando. Dos pinchazos han precedido a una estocada entera, pero algo defectuosa. De nuevo, una cariñosa ovación, que también ha salido a recoger.