25 de julio de 2013
SANTANDER
Feria de SANTIAGO
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
GARCIGRANDE-DOMINGO HERNÁNDEZ
Juan José Padilla
El Juli
MIGUEL ÁNGEL PERERA
UN COLOSAL PERERA ILUMINA CUATRO CAMINOS
España entera está de luto. El accidente ferroviario en Galicia nos ha dejado con el corazón encogido. La plaza de toros de Santander estaba llena, pero se sentía la pena en los tendidos. Un minuto de silencioso silencio. Tras él, la lluvia comenzó a oscurecer el ambiente, dando a la tarde un tinte doliente. Pero la magia del toreo hizo que las sombras se llenaran de luz.
Fue Perera el encargado de darle al interruptor para que la corrida se viniera arriba. Con él llegó la emoción y el sentimiento. ¡Con qué hondura se lució con el capote en el quite al segundo de la tarde! Ahí, en el medio del platillo, meció la capa con tres chicuelinas de mano baja, cadenciosas. Tras ellas, se llevó el capote a la espalda, para rematar con una gaonera exquisita.
Ya con la muleta, se colocó de nuevo en el centro del redondel. Llamó al de Garcigrande, y éste respondió al tiempo, yendo hacia él con un trotecillo alegre. Hasta tres veces se lo pasó por la espalda, para continuar con una tanda perfectamente ligada con temple y profundidad. Un pase de pecho de pitón a rabo. Magistral. Fue el toro un buen mimbre para hacer una gran cesta. Se empleó por abajo; todo nobleza, bravura y entrega. El elemento perfecto para el toreo exigente y por abajo con el que se siente Perera y con el que hace sentir. También extraordinario el toreo al natural, de una largura que parecía no tener fin. El toro respondía embebido a todo el trazo. En las distancias cortas, supo el torero acoplar perfectamente los tiempos. Toreo ojedista en el que rizó el rizo. Una gran estocada. Y, sin lugar a dudas, una de las faenas de la Feria.
No pudo refrendar la tarde. El que hizo de sexto fue un toro deslucido. No obstante, el toreo vertical con el que el extremeño quiso someter al animal llegó a coger cierto voltaje. Pero no pudo ser. No obstante, la faena al segundo de la tarde habrá sido, probablemente, la más importante de Miguel Ángel Perera en Santander.
Plaza de toros de SANTANDER. Corrida de Beneficencia. Lleno. Se lidian tres toros de Garcigrande (primero, segundo y sexto) y otros tres de Domingo Hernández (tercero, cuarto y quinto).
Juan José Padilla: oreja y silencio.
El Juli: ovación y silencio.
Miguel Ángel Perera: dos orejas y silencio.
Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela.