CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
HNOS. GARCÍA JIMÉNEZ, OLGA JIMÉNEZ Y MOISÉS FRAILE
Enrique Ponce
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Alejandro Talavante
Perera, a hombros en Valladolid
Vaya el comienzo de esta crónica a reconocer el gran trabajo del Aula de Jóvenes Taurinos de Valladolid, ya que uno de los tendidos de la plaza del paseo de Zorrilla estaba repleto de aquellos que están llamados a ser el relevo generacional de la Fiesta. En pocos meses de vida, han sabido trabajar duro, y han demostrado que, cuando las cosas se hacen con un objetivo firmo, serio y claro, se puede convencer hasta a las propias empresas taurnas a que los apoyen, poniendo su grano de arena en el abaratamiento de las localidades para que los jóvenes puedas ir, por un precio razonable, a las plazas de toros. Así ha pasado en la capital del Pisuerga. Enhorabuena a quienes lo han hecho posible.
En el aspecto meramente taurino, contar que, sin duda alguna, Miguel Ángel Perera ha cuajado dos buenas faenas a los nobles pero flojos toros de García Jiménez. Ha sabido cuidar y aprovechar las bondades de los dos animales para hacer un toreo poderoso y de gran temple.El comienzo de esta crónica ha de estar dedicado a la nueva agrupación de jóvenes taurinos de Valladolid. Grandísima su labor, ya que uno de los tendidos ha estado repleto de aquellos que están llamados a ser el relevo generacional de la Fiesta. En pocos meses de vida, han sabido trabajar duro, y han demostrado que, cuando las cosas se hacen con un objetivo firme y serio, se puede convencer hasta a las propias empresas taurinas a que los apoyen, poniendo su grano de arena en el abaratamiento de las entradas para que los jóvenes puedan ir, por un precio razonable, a las plazas de toros. Así ha pasado en la capital del Pisuerga. Enhorabuena a quienes lo han hecho posible, empresa incluida.
En el que hizo de su primero, Perera interpretó un precioso quite por chicuelinas y tafalleras, que remató con una larga. Ya con la muleta, supo ver la buena condición que el animal tenía por el pitón derecho. Con esta idea clara, se puso en los medios, para recibirlo con una serie de pases cambiados por la espalda que subieron enseguida la temperatura del respetable. Bien embarcado, templó de manera muy suave la embestida, hasta darla una largura muy profunda y larga. Por la izquierda al toro le costaba mucho trabajo, por lo que la faena se vino un poco abajo, cosa que el torero subsanó con dos tandas de circulares para rematar la faena, que tuvo su colofón en una gran estocada.
El segundo de su lote fue un toro más parado, que no permitió lucimiento con el toreo de capa. Si embargo, el ritmo de su embestida con la muleta estuvo marcado por una gran nobleza, que permitió a Perera esos terrenos que muy pocos se atrven a pisar. Quietud, temple, despaciosidad y buen gusto son los adjetivos para definir una gran faena, que estuvo rubricada por otra gran estocada. El público quería premiar al torero con las dos orejas, pero el presidente consideró que con una era más que suficiente. (Bronca al palco).
Plaza de toros de Valladolid. Más de media plaza. Se lidian tres toros de Olga Jiménez (segundo, cuarto y quinto), dos de Hermanos García Jiménez (tercero y sexto) y uno de Moisés Fraile (primero bis)
Enrique Ponce: ovación tras aviso y oreja.
Miguel Ángel Perera: oreja y oreja con petición de la segunda.
Alejandro Talavante: silencio y silencio tras aviso.